El romanticismo inglés: la novela
En el ámbito de la novela, las dos principales representantes del romanticismo inglés son mujeres que, curiosamente, poseían un genio indiscutible a pesar de ser totalmente opuestas. Hablamos de Jane Austen y de Mary Shelley.
Ésta última se convirtió en el estandarte de la novela gótica gracias al éxito de su obra maestra, Doctor Frankenstein, conocida mundialmente y llevada al cine en varias ocasiones. Publicada en 1818, esta obra cuenta la historia de un sabio doctor que roba miembros de cadáveres en un cementerio con la intención de unirlos y crear una nueva forma de vida humana. Gracias a la fuerza de la electricidad, ese ser cobra vida y se muestra deseoso de relacionarse, de dar y recibir amor y cariño. Sin embargo, ante el rechazo que produce en todo el mundo el monstruo reacciona contra su propio creador, matando a su amigo, a su hermano y a su esposa.
Después el monstruo se refugia en el Ártico, a donde lo sigue Frankenstein para matarlo, pero es él quien muere. Desde entonces, la leyenda del monstruo no ha parado de crecer, y hoy su historia sigue siendo una de las obras maestras de la literatura de terror.
Nada que ver con lo que escribía Jane Austen. Sin prácticamente abandonar el ambiente doméstico, esta autora fue capaz de escribir algunas de las más célebres obras de este período, que aunque fueron publicadas tardíamente, recibieron al final su merecido reconocimiento.
Fue la publicación, en 1811, de Sentido y sensibilidad, la que empezó a darle la aprobación del público, lo que a su vez animó su impulso creador, impulso que la llevó a publicar su obra maestra, Orgullo y prejuicio. Esta obra presenta a Charles, un joven rico que arrienda una finca rural y es recibido con entusiasmo por las familias adineradas de la zona, que esperan casar a una de sus hijas con el joven. Éste, sin embargo, se enamora de Jane, que pertenece a una familia modesta. Las dos hermanas de Charles tratan de convencerle, por medio de todo tipo de estratagemas, de que no la ama, y recurren para ello a un amigo de Charles. Éste, mientras fracasa en su misión, se enamora a su vez de la hermana de Jane. Tras un tiempo, liberados finalmente de prejuicios, Jane y Charles se casan.
Austen no se quedó en esta obra, y en 1816 publicó Emma, un año antes de morir a causa de la tuberculosis. Tenía 42 años, de forma que no pudo ver cómo, a finales de siglo, sus novelas alcanzaron un reconocimiento sin parangón y empezaron a ser difundidas por todos los rincones del país. Reflejo del mundo provinciano, pequeño y particular, Austen logró mantener la distancia y la objetividad que le permitieron no mostrar su punto de vista ni sus ideas sobre le que estaba sucediendo. Su mirada irónica, su estilo concreto y claro, abrieron el camino de una nueva forma de escribir novelas.