Épica medieval
Para entender a la perfección la épica medieval es necesario conocer el contexto histórico en el que ésta se fraguó.
La Alta Edad Media se dio entre los años 476, que fue cuando el Imperio Romano cayó, y el 1300. Pues bien, en este periodo de tiempo fue cuando las grandes naciones europeas empezaron a nacer y crecer. El país que parecía destacar sobre los demás países europeos, era Francia y fue precisamente alrededor de éste en donde los papas empezaron a articular las cruzadas para parar el peligro que los turcos suponían.
En este momento el Monasterio de Cluny empezó a cobrar importancia. Éste dependía de Roma, expandió la reforma litúrgica gregoriana y defenció la cruzada en beneficio de la Reconquista española.
El Císter, por su parte, también tuvo su papel en cuanto a reformas y pertencía a la Orden benedictina del siglo XI surgida tras no estar de acuerdo con el poder extremo que la Orden de Cluny había conseguido. Su principal figura fue San BErnardo quien , entre otras cosas, ingenió la III Cruzada y dio pie al exterminio de los herejes de la Provenza (albigenses).
Pues bien, las reformas que tanto Cluny, en primer lugar, como Císter, en segundo, realizaron, tuvieron dos grandes consecuencias.
La primera fue que aparecieron dos estilos artísticos bien diferenciados: el románico y el cisterciense.
La segunda fue que consiguieron influir en todo Occidente para conseguir un todo basado en la religión romana y el pensamiento clerical.
Europa, por lo tanto, se convirtió en el centro cultural de las tradiciones clásicas y occidentales. De hecho, este todo era lo que servía de unión entre muchas naciones con importantes diferencias. Años después, en los siglos XII y XIII, comenzaron a crearse multitud de universidades, lo que garantizó todavía más, una unidad cultural occidental.
Tras pasar los siglos «oscuros», empezó a aparecer en el sur de Francia una nueva mentalidad que fue luego propagada por todo el resto de sociedades occidentales. Las vidas humanas empezaban a dejar de entenderse como el camino que se ha de pasar para llegar al objetivo final que es la muerte; la poesía empezó a convertirse en un factor que servía para civilizar y culturizar; las guerras en campo abierto se transformaron en torneos organizados y la mujer empezó a cobrar una mayor importancia, al considerarse objeto de culto caballeresco tras influirse por la figura de la Virgen María en la fe cristiana.
Todos estos nuevos aires provenzales se extenderán por toda Europa hasta el momento de la cruzada de los albigenses.
A partir del siglo XII empezaron a aparecer los primeros ejemplos de lírica trovadoresca con el que se creó una nueva concepción de la lírica: todo gira alrededor del amor cortés. Este nuevo pensamiento se extendió desde Galicia hasta el sur de Italia, pero fue la influencia hispanoárabe la que originó tanto este amor cortés, como las nuevas formas de poesía y música. Uno de los elementos hispanoárabes más influyentes de la época fue el zéjel que es una especie de villancico, una pequeña canción tradicional compuesta por un terceto monorrimo, un verso de vuelta y un estribillo.