Gabriel Miró
Hoy estudiamos uno de los autores que formó parte de la Generación del 14, el escritor Gabriel Miró. Junto a este autor encontramos una serie de escritores relevantes para literatura española en la época que se extiende desde el final del triunfo literario de la Generación del 98 y el Modernismo hasta la llegada de la Generación del 27, como por ejemplo Ortega y Gasset, Ramón Pérez de Ayala, Ramón Gómez de la Serna o Juan Ramón Jiménez. Puedes consultar las principales características de esta generación pinchado aquí.
Centrándonos ya en el escritor novecentista Gabriel Miró diremos que su personalidad le llevó a vivir una vida sencilla y tranquila lejos de los círculos intelectuales y literarios de la época. Llegó al mundo en el año 1879 en Alicante, de familia bien situada pudo cursar estudios en Orihuela en un colegio perteneciente a los jesuitas y más tarde ingresar en un instituto de Alicante. Por motivos de trabajo, su padre es trasladado a Ciudad Real durante algún tiempo y es allí donde Gabriel empieza a escribir algunos textos que muestran ya la facilidad para describir las impresiones que en él suscitan tierras como las de Castilla-La mancha. Posteriormente cursó estudios de Derecho en ciudades como Valencia y Granada y una vez terminados estos regresaría a su Alicante natal para comenzar su carrera como escritor. En el año 1908 su novela corta Nómada ganaría el premio literario creado por El Cuento Semanal y comenzaría a trabajar como colaborador de diversos periódicos y revistas, empleo que armonizaría con el de cronista de la provincia de Alicante. Más tarde elegiría Barcelona como la ciudad en la fijar su residencia y allí realizó traducciones y trabajos editoriales. Madrid será la última ciudad que acoja al escritor y pasara en ella los últimos años de vida. En el año 1925 consigue el premio Mariano de Cavia con un cuento titulado Huerto de Cruces. En 1926 el escritor es protagonista en la prensa a causa de la polémica suscitada por su obra El obispo leproso que le acarreará ciertos problemas con la parte más conservadora del Madrid de la época, como por ejemplo el impedimento de su ingreso como miembro en la Real Academia Española. En el año 1930 el escritor fallece en Madrid.
Según la crítica la etapa en la que Miró alcanza la madurez en su literatura es aquella que comienza con la publicación de la obra Las cerezas del cementerio en el año 1910, que cuenta la historia de un amor trágico entre un muchacho joven y una mujer adulta. En ella temas como la enfermedad, el erotismo y la misma muerte aparece tratados con lirismo intimista y voluptuoso. En 1916, publica el libro Figuras de la Pasión del Señor, que cuenta los últimos días de Jesucristo en la Tierra, también con descripciones sensuales del paisaje en el que se sitúa la historia. En 1921 y 1926 aparecen las obras Nuestro Padre san Daniel y El obispo leproso respectivamente, las cuales son consideradas como un todo. Ambos libros sitúan la acción en Oleza, reproducción literaria de Orihuela, durante el siglo XIX. La sociedad se halla sumida en un estado letárgico en el que los personajes sienten una lucha interna entre sus instintos naturales y las rígidas normas sociales que llevan a la represión.
Las novelas de Gabriel Miró han recibido el adjetivo “líricas”, puesto que en ellas parecen más importantes los sentimientos y las sensaciones de los personajes que la mera narración de los hechos. A esta expresión lírica le acompaña además bellísimas descripciones llenas de sensualidad, plasticidad y sinestesias.