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José María Arguedas

Publicado por Aroa Plaza

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Continuando con el tema del indigenismo iniciado en el artículo anterior (puedes verlo pinchado aquí) hoy nos encargamos de estudiar la figura del escritor peruano José María Arguedas en relación con este tipo de novela.

José María Arguedas (1911-1969) es un caso particular dentro de la lista de escritores que trataron el tema del indigenismo, Arguedas se introduce de lleno en ese mundo y cuenta desde la perspectiva del indígena. El escritor uruguayo Ángel Rama dice que la obra de Arguedas es paz y amor. Él nos presenta el mundo indígena desde su compenetración con él, pues aunque era blanco y no descendía de indígenas se cría con ellos. Tanto es así, que su primera lengua fue el quechua y no aprendería castellano hasta cumplidos ya los ocho años. En su juventud cursó estudios en la universidad y es allí donde toma contacto con Mariátegui y su revista Amauta, se acerca al comunismo y al socialismo y conoce a César Vallejo, cuya novela Tungsteno resulta realmente para Arguedas por los valores indígenas que se muestran en ella.

La obra de Arguedas supone una superación del indigenismo. Tratará el tema de un modo muy peculiar pues las circunstancias, incluso su propia autobiografía, le llevarán por caminos diferentes a los recorridos hasta ese momento en este tema: así, reflejará en su obra la convivencia entre dos mundos distintos y un intento de reconciliación. En esta época la literatura peruana buscaba intensamente describir la realidad de Perú desde una perspectiva no hispanizante y Arguedas trabajará sobre la parte oculta del país, la población indígena que había sido postergada. Para reflejar ese mundo, el escritor tiene que empaparse del ánimo del pueblo quechua que hace que el mundo esté vivo. Esto ha llevado a decir que la obra de Arguedas se acerca al realismo mágico; pero, aunque el propio autor apuntó que todo lo real tiene algo de mágico, esta idea sigue siendo discutida hoy en día. En esa época Arguedas rechazaba lo real maravilloso de Carpentier pues lo consideraba demasiado culturalista, pensaba que el procedimiento de este otro autor no era válido porque describe ese mundo como un mago con técnicas europeas.

Arguedas vive en un mundo mestizo, donde los mitos y leyendas conviven con modos europeos, todo se encuentra mezclado, contaminado y el autor rechaza la idea de haber perdido sus raíces a favor de otra cultura superior. En este contexto, surge la pregunta: ¿cómo expresar el mundo indígena? Para él, la mejor opción para conseguir lo que plantea esta pregunta es emplear en sus escritos el quechua, pero se encuentra con el problema de que este no es un idioma universal y se plantea la vuelta al modo de escribir de los autores indigenistas que empleaban elementos fonéticos, léxicos, folclóricos, etc., que aportaban exotismo a los textos. Finalmente, Arguedas irán concediendo menos importancia a estos elementos y comenzará a trabajar con la sintaxis del castellano cambiándola, desordenándola, etc. De este modo, inventa los “sutiles desordenamientos”: elimina los artículos, bastantes preposiciones, basa sus frases en los sustantivos y los verbos, mezcla el castellano con elementos del quechua, lo que produce un lenguaje nuevo.

Todo esto nos lleva a ver su conocida obra Los ríos profundos como ese conflicto entre dos mundos que el autor, a toda costa, intenta reconciliar.