La poesía romana: Lucrecio y Catulo
La poesía romana comenzó a brillar con luz propia alrededor del 60 a.C., con Lucrecio, Catulo y, finalmente, Ovidio.
Ese año al que nos hemos remitido como inicio del esplendor de la poesía romana marcó también el nacimiento del primer triunvirato, formado por César, Pompeyo y Craso. Se trata de una época en la que Roma vive profundos cambios, y no sólo en la político o militar. Cambia el sentimiento, el alma de los romanos. Los sentimientos de los individuos comienzan a estar por encima, incluso, del propio estado.
Y éste es el contexto –que hay que conocer- en el que vivieron y escribieron su obra tanto Lucrecio como Catulo. Aunque cada uno dentro de su marcado estilo, ambos innovaron y consiguieron, de forma brillante, unir la realidad con los sentimientos de la gente. Dieron inicio a una corriente que se mantuvo intacta durante más de setenta y cinco años, y en las que les sucedieron poetas de tan alto renombre como Virgilio, Horacio y Ovidio.
Con semejantes autores, fue éste sin duda el período más fructífero y brillante de la poesía romana, y también uno de los más brillantes de toda la historia de la literatura universal. Se manifestó además en diferentes géneros, que pasamos a enumerar:
La poesía didáctica era una especie de juego en el que se ponía a prueba la destreza del poeta. Se elegía un tema especializado y complejo, y sobre éste el poeta debía componer un poema con el estilo más refinadamente exquisito del que fuera capaz. Este tipo de poesía fue muy cultivada por Lucrecio, autor de De rerum natura (De la naturaleza de las cosas), dedicada a un amigo suyo que fue desterrado. Poetizó en ella su propia visión acerca de las doctrinas filosóficas de Epicuro, e intentó superar la vieja pugna entre filosofía y poesía, lucha latente ya desde Platón.
La poesía individualista o personal tuvo en este período dos grandes protagonistas: Catulo y Horacio. Por expresarlo de una manera sencilla, este es el tipo de poesía que hacen aquellas poetas cuya personalidad se impone de forma absoluta en toda su obra. La parición de la poesía personal, en el momento de la agonía de la República, es una muestra de la progresiva emancipación del individuo tan propia de aquella etapa.
Catulo, que nació en el año 87 a.C., acabó arruinado en su continuo buscar de todo tipo de placeres, y hemos de suponer que muchos de ellos se debieron a su historia de amor con Clodia, mujer que lo enamoró y le rompió el corazón. Fue el gran amor de su vida y la protagonista de casi todos sus poemas, en los que aparece con el seudónimo de lesbia.