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Las novelas de caballería

Publicado por Pablo

CaballeroLos libros de caballería, o caballerescos, son grandes obras en prosa que describen las andanzas y aventuras de los caballeros andantes, figura de personaje que dedica su vida a los demás y la arriesga, continuamente, para proteger a los que no pueden protegerse, y luchar por aquello que cree justo.

Este género se inauguró en el siglo XII con la serie de El rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda. El siglo siguiente lo tiñó de valores cristianos, y le hinchió del amor cortés provenzal tan de moda de esos tiempos. Además del ya citado ciclo artúrico, entre los libros de caballerías más famosos se encuentran las obras de Chrétien de Troyes, así como las de Marie de France y el muy conocido libro de Tristán e Isolda.

De éxito en toda Europa, estos libros de caballerías fueron imitados por muchos, y esto dio lugar, a partir del siglo XV, a las más conocidas novelas de caballería o caballerescas, entre las que destacan el Amadís de Gaula, el Jehan de Saintré y el Tirant lo Blanc.

El Renacimiento italiano produjo, a principios del siglo XVI, una versión irónica de los libros de caballerías, y el Romanticismo alumbró, con el escocés Walter Scott, una visión nostálgica de las mismas.

La acción de estas novelas se suele centrar en Britania y en la zona continental situada en el extremo noroeste de Francia, conocida como la Pequeña Bretaña. Nos adentran en un mundo fantástico, y nos traen tramas referentes al mundo amoroso o al desempeño de una acción extremadamente dificultosa y heroica. El caballero que lo consigue adquiere así un gran respeto social, aunque no lo hace por eso sino por cumplir siempre con su camino de perfecta conducta moral. Suele tratarse de una persona que realiza sus proezas en solitario, y que está de una manera o de otra vinculada a la corte. Además, muchos de ellos se conocen entre sí, y aparecen en numerosas novelas diferentes.

Al contrario del os héroes de los cantares de gesta, estos caballeros sí son creados por los respectivos escritores. También a diferencia de aquellos, que ganaban su gloria en batallas, liderando a enormes y gloriosos regimientos, estos son héroes solitarios, apartados del mundo, cuya lucha por conseguir la grandeza es un camino en el que sólo ellos intervienen. Pero la diferencia más grande es que, si bien los cantares de gesta estaban destinados a que los cantaran los juglares –y de ahí su nombre- las novelas de caballerías se concebían para leerse.