Obras de Benito Pérez Galdós (II)
En anteriores artículos hemos hablado de la biografía y estilo de Benito Pérez Galdós; así como de sus primeras novelas (puedes echarle un vistazo pinchando en estos enlaces: Benito Pérez Galdós y Obras de Benito Pérez Galdós). En este post, seguiremos descubriendo la obra de este gran autor. Veamos:
Tras hablar de los Episodios Nacionales y de las primeras novelas de tesis del autor, ahora nos ocuparemos de:
3. Las “Novelas españolas contemporáneas”.
El título que encabeza este apartado es el nombre que el propio autor dio a una parte de sus novelas, entre las cuales se encuentran algunas de sus mejores composiciones. Aquí Galdós se aleja de la novela de tesis para convertirse en un observador objetivo de la realidad que pintará en sus novelas. Los aspectos más destacables de esta nueva forma de novelar de Galdós son los siguientes:
– Los ambientes en los que se desarrolla la acción resultan extraordinariamente realistas, pues el autor pone especial cuidado en transmitir con exactitud y detalle la realidad.
– Los personajes que en sus primeras novelas eran presentados de modo maniqueo, ahora muestran variadas personalidades y están repletos de sustancia y verdad.
En sus novelas, el escritor trata de reflejar la historia de España de la segunda mitad del siglo XIX; pero, sobre todo, pone su atención en la ciudad de Madrid y sus habitantes: las calles, las tiendas, las pensiones, los barrios menos afortunados, los cafés conocidos por sus tertulias literarias, etc. son los ambientes en los que se inscriben sus personajes: mendigos, burgueses, ricos, pobres, almas bondadosas y almas mezquinas, extravagantes, jornaleros, etc., es decir, todos los tipos de personas que formaban parte de la sociedad.
Además, Galdós también se destaca por su habilidad para retratar la psicología de sus personajes, mostrando su evolución a lo largo de la trama. Este enfoque psicológico, combinado con su representación realista de la sociedad española, da a sus obras una profundidad y complejidad que las distingue.
Las obras más importantes de este periodo son: La desheredada, del año 1881; El amigo manso, de 1882; Tormento, de 1884; La de Bringas, del mismo año que la interior; Miau, de 1888; y, la más conocida de todas, Fortunata y Jacinta, compuesta entre 1886 y 1887.
Fortunata y Jacinta cuenta una historia en la que tenemos tres protagonistas centrales: Jacinta, mujer pasiva e impecable esposa, que personifica la clase media del momento que se hallaba envuelta en un sentimiento de seguridad y que mostraba un carácter conformista. Frente a esta, encontramos el personaje de Fortunata, una mujer rural que encarna la pasión y la espontaneidad. Entre ellas, se encuentra el personaje masculino, Juanito Santa Cruz, un burgués irresponsable, consentido, superficial y egoísta que está casado con Jacinta y es amante de Fortunata.
4. Las últimas novelas.
Las últimas novelas de Galdós son las obras escritas en la última década del siglo XIX y suponen un cambio. Aunque el autor siga empleando la observación del mundo como instrumento con el que elaborar sus novelas; ahora, Galdós, añade un componente espiritual en la recreación se los ambientes escogidos. Sus personajes abrazarán el cristianismo y se entregarán al prójimo renunciando a todo lo demás. De esta época destacaremos las obras: Nazarín, del año 1895, y Misericordia, de 1897.
Misericordia es una de las obras más reconocidas de Galdós y en ella nos presenta a un personaje bondadoso, Benina, que lucha contra una sociedad terriblemente egoísta. En esta novela, Galdós explora temas como la pobreza, la caridad y la hipocresía social, a través de la historia de Benina, una anciana sirvienta que, a pesar de su propia pobreza, se esfuerza por ayudar a los demás.
Nazarín, por su parte, es una obra que destaca por su enfoque en la religión y la moralidad. La historia sigue a Nazarín, un sacerdote que, después de ser acusado de un crimen que no cometió, se ve obligado a huir y vivir como un vagabundo. A través de sus experiencias, Galdós explora las contradicciones y conflictos entre la fe religiosa y la realidad de la vida cotidiana.
En resumen, la obra de Benito Pérez Galdós es un reflejo de la sociedad española de su tiempo, con todas sus luces y sombras. Su habilidad para retratar de manera realista y detallada tanto los ambientes como los personajes, así como su capacidad para explorar profundamente la psicología y la evolución de sus personajes, hacen de sus novelas un testimonio invaluable de la historia y la cultura españolas.