Literatura culta
La manera en que la literatura se produce y transmite de una generación a la siguiente no es siempre la misma. Diferentes obras nacen con diferentes objetivos, y destinadas a sectores particulares de la población. Una de las tipologías literarias más interesantes, desde este punto de vista, es la de la literatura culta, y lo que la hace especial y la diferencia, particularmente, de la literatura popular.
La literatura culta es la que más conocemos, aunque, en realidad, no siempre fue así, y en nuestros días ha absorbido la práctica totalidad del mundo editorial. Se trata de la literatura de autor, entendida como «obra de» de una persona concreta, su autor, y también como obra «de arte», única, valiosa y por lo tanto inalterable. El epíteto «culto» se le adjudicó a este tipo de literatura por su carácter elitista. En una época -básicamente, la medieval- en que la literatura popular, sin autor concreto, nacida para la transmisión oral y por lo tanto alterable, era la dueña de toda la tradición literaria, algunos autores empezaron a escribir de una forma más particular, aplicando estilos distintos, innovando y utilizando una lengua más refinada y elaborada. Lógicamente, este tipo de obras no eran fácilmente comprensibles para las capas más amplias de la población, por lo que sólo las disfrutaban los sectores más altos y cultos de la misma. De ahí su nombre original.
Al contrario, la literatura popular no es obra de ningún autor en concreto, sino patrimonio «del pueblo», parte de su folklore y de su transmisión cultural. Lejos de lo que puede pensarse, la diferencia entre la literatura popular y la culta no es de índole cualitativo. Existen obras formidables transmitidas oralmente durante largo tiempo.
Muchas veces, en realidad, la literatura culta se ha alimentado de los temas, escenas y argumentos propios originalmente de alguna obra perteneciente a la literatura popular. El Quijote nace de las populares historias de caballerías; y los poemas homéricos, como muchos expertos defienden, tal vez no sean sino la compilación de numerosas historias propias del folkore de la época, unidas y fijadas por un autor de especial destreza y visión.
Tampoco existen muchas divisiones de tipo genérico. En ambos tipos de literatura encontramos poesía y teatro, si bien la narrativa es más propia de la literatura culta y la épica más acorde a la literatura popular.
Así pues, para resumir lo dicho, entendemos por literatura culta toda aquella producción literaria de tipo escrito, obra de un autor que desea que su autoría sea reconocida, y portadora de un texto inalterable sin el consentimiento de éste.