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Literatura española a partir de 1939 (II)

Publicado por Aroa Plaza

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Continuando el tema iniciado ayer, la literatura española a partir de 1939, donde vimos la evolución de la narrativa durante el siglo XX; hoy nos encargaremos de revisar la producción poética y dramática producida durante la segunda mitad de dicho siglo.

Empezando por el género lírico, podemos decir que en la poesía española de después de la posguerra se encuentran las siguientes tendencias:

En la década de los 40, la poesía encuentra su lugar, sobre todo, en dos revistas literarias: Garcilaso y Espadaña. En torno, a la revista Garcilaso se agrupa una serie de poetas entre los que sobresalen Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco y Leopoldo Panero. Su poesía tiene como referencia al poeta Garcilaso de la Vega, se regresa a las formas estróficas del pasado y la temática sobre la que versan la mayoría de los poemas es la religiosa. En el año 1944 aparece un libro de Dámaso Alonso, Los hijos de la ira, que inaugura una nueva corriente poética que se va difundir a través de la revista Espadaña. Se trata de una poesía existencialista que expresa los sentimientos de ansiedad y angustia del hombre ante el mundo en el que vive. Los poetas buscan la libertad de formas y el verso libre y los temas giran en torno al hombre. Los poetas más destacados son Eugenio de Nora, Victoriano Cremer y el propio Dámaso Alonso.

Durante los 50, la poesía también mira hacia hacia la sociedad y se hace eco de las injusticias que se producen en ella. Estos poetas optan por un lenguaje sencillo, sin rodeos ni grandes artificios, desean que sus versos lleguen al máximo número de lectores. Su poesía es un canto a la paz, a la justicia y a la solidaridad. Los autores más destacados son Gabriel Celaya, Blas de Otero y José María Valverde. En la segunda mitad de la década de los 50, aparece otro grupo de poetas, entre ellos destacan Jaime Gil de Biedma,Claudio Rodríguez y José Agustín Goytisolo , quienes escriben poemas de carácter intimista que tratan sobre sus vivencias personales.

De los 60 a los 80 surgen las últimas generaciones poéticas que buscan renovar el género y experimentar con nuevas técnicas. Vuelven su vista al surrealismo y a las innovaciones formales. Utilizan el verso libre y los temas son neorrománticos (el paso del tiempo, el amor, etc.). Sobresalen Pere Gimferrer, Vicente Molina- Foix Y Luis Antonio de Villena.

En cuanto al género dramático, se puede decir que una vez finalizada la guerra civil, el teatro español decae. En los escenarios se representa un teatro de carácter comercial y de escasa calidad dramática. Pero gracias a la actividad literaria de varios autores, el teatro español vuelve a encontrar su rumbo y su nivel artístico. A partir de 1939, el teatro español tomará nuevas directrices:

Llega el teatro de humor, donde sobresalen varios autores, entre ellos Enrique Jardiel Poncela, con Eloísa está debajo de un almendro, y Jesús López Rubio, con Celos del aire. Miguel Mihura es un autor de especial interés porque en Tres sombreros de copa utiliza una nueva técnica teatral: la representación de escenas y situaciones ilógicas, absurdas. Otras obras suyas son Maribel y la extraña familia y Sublime decisión.

Aparece también el teatro de compromiso con obras que reflejan las inquietudes del hombre, unas en una línea más ética y metafísica y otras en una dirección más social. Los autores que destacan son: Antonio Buero Vallejo con su obra Historia de una escalera, donde pretende conseguir un teatro que vaya más allá del mero pasatiempo, un teatro de plantear valientemente los problemas y los interrogantes más hondos del hombre. Alfonso Sastre, con Escuadra hacia la muerte, obra que refleja la angustia del hombre ante un destino trágico y Lauro Olmo, con La camisa, obra en la que plantea el tema de la emigración.

Otra vertiente de la época sería el teatro renovador. Hacia los años 60 empiezan a aparecer una serie de actores que intentan nuevas experiencias dramáticas. Antonio Gala cultiva un teatro de tono lírico que emplea un lenguaje sugerente y poético: Anillos para una dama, Los buenos días perdidos, La vieja señorita del paraíso, etc. Fernando Arrabal escribe un teatro surrealista que ha sido denominado “teatro pánico”. Francisco Nieva presenta en sus obras una visión caricaturesca y surrealista de la realidad.

En este esfuerzo innovador de la escena española destaca también el trabajo de una serie de compañías teatrales que han creado una nueva visión del espectáculo incorporando al lenguaje teatral las técnicas de expresión corporal.

En los últimos años del siglo XX destacan autores como Alonso de Santos y Fermín Cabal, con obras de temas actuales relacionados con la juventud: Bajarse al moro y Tú estás loco, Briones, respectivamente.