Teatro barroco español
Hasta ahora, en la Guía de Lengua hemos hablado del teatro del siglo XVII de España y del autor que tuvo más relevancia: Lope de Vega. Pues bien, en el artículo de hoy nos vamos a centrar en dos autores que también pertenecieron a este movimiento y a esta época que, aunque no destacaron tanto como el gran Lope de Vega, sí que merece la pena mencionarlos.
Pero antes, te vamos a facilitar los enlaces de los artículos relacionados con el teatro de esta época por si te los perdiste:
Peribañez y el comendador de Ocaña, de Lope de Vega
Peribañez y el comendador de Ocaña, de Lope de Vega (II)
La finalidad del teatro de Lope de Vega
RUIZ DE ALARCÓN (1581-1639)
Este autor era mexicano y tenía varios defectos físicos tanto en su espalda, pues era jorobado, como en su pecho. Pues bien, su aspecto físico le provocó que fuera objeto de burlas por parte de otros célebres autores de la época como Quevedo, Góngora e incluso, Lope de Vega. Seguramente este calvario por el que tuvo que pasar justifica que sus obras tuvieran una naturaleza mucho más seria y moralista defendiendo en todo momento la dignidad del ser humano.
Escribió un total de veinte obras destacando las comedias ético-sociales «La verdad sospechosa», «Las paredes oyen» y «La prueba de las promesas». También cabe destacar el drama heroico «Ganar amigos».
Como el público de los corrales tenía un gusto que difería mucho de la obra de Ruiz de Alarcón, no consiguió muchos triunfos en España pero sí en Francia.
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TIRSO DE MOLINA (1584-1648)
Si se hiciera un ranking de los mejores dramaturgos del siglo XVII, en la primera posición estaría claramente Lope de Vega, en la segunda, Calderón de la Barca y en la tercera, el autor del que vamos a hablar, Tirso de Molina.
Éste tomó la libertad aguda y formal que tenía para hacer un retrato realista de la sociedad española barroca. Sin embargo, mejoró su técnica en varios aspectos:
– La descripción psicológica que se hace de los personajes es mucho más precisa, sobre todo en el caso de las mujeres, quienes suelen estar descontentas y rebeldes frente al poder que el hombre siempre ha tenido sobre ellas.
– Si algo destaca de sus obras es el sentido del humor, junto a los diálogos graciosos, irónicos y satíricos y la exaltación del personaje del donaire.
– El uso que Tirso de Molina hace del lenguaje es rico y original.
Escribió unas 400 comedias, pero sólo han llegado a nuestros días unas 80. Entre las más importantes destacan:
«El condenado por desconfiado», «El burlador de Sevilla», «La mejor espigadora», «Don Gil de las calzas verdes», «Marta la piadosa» y «El vergonzoso en palacio».
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Otros autores célebres de la época y seguidores de Lope de Vega fueron:
Guillén de Castro (1569-1630): «Las mocedades del Cid»
Mira de Amescua (1574-1644): «El esclavo del demonio»
Vélez de Guevara (1579-1644): «Reinar después de morir»