Modernismo y literatura
El modernismo es un término con el que se denomina a una etapa concreta del arte. En concreto, una etapa de renovación artística que se desarrolló primordialmente a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo XX. Fue una corriente transnacional que coincidió en el tiempo en muchos países, y que compartió en todos ellos una serie de rasgos comunes como el gusto por la creatividad y por lo refinado, el deseo de explorar y alejarse de lo cotidiano, y la intención de conocer nuevas culturas, tradiciones y costumbres, aplicando al arte lo aprendido. No obstante existieron diversas diferencias entre unos países y otros, y lo que en España y América Latina se llamó modernismo fue Art Nouveau en Francia, Modern Style en Inglaterra, Liberty en Estados Unidos, Sezession en Austria o Floreale en Italia.
En el ámbito más estrictamente literario, el modernismo influyó especialmente en la poesía. Así, entre 1880 y 1910 se desarrolla un estilo poético de extremo refinamiento, rodeado de alta cultura y referencias cosmopolitas que promueve una fuerte renovación estética tanto del lenguaje en sí como de sus medidas métricas.
En términos generales, la literatura modernista se caracteriza por mostrar los siguientes rasgos:
– Rechazo de lo cotidiano y búsqueda de tiempos y lugares exóticos.
– Estilo preciosista de gusto casi aristocrático, motivado en buena medida por el rechazo de la burguesía y el gusto de ésta por lo vulgar y lo mediano.
– Búsqueda de lo bello a través de recursos artísticos como la plasticidad de las imágenes evocadas y la musicalidad del ritmo.
– Uso de la mitología y mezcla con lo exótico.
– Renovación léxica que hace uso de cultismos, helenismos y -en especial en España- galicismos.
– Búsqueda de la perfección formal a través de la serenidad, la armonía y el equilibrio.
El modernismo literario comparte así muchos de los rasgos que antes había mostrado el romanticismo: desazón ante el mundo real y consiguiente búsqueda de escapismo, rechazo de la sociedad, etc). Se diferencia de éste en su exacerbada búsqueda de la perfección formal y estética, en su cosmopolitismo y en la elevadísima cultura de sus representantes.
Entre los principales literatos modernistas, son destacables los argentinos Lugones, Larreta y Freyre; los cubanos Martí y del Casal; los españoles Castellano, Álvarez de Cienfuegos, Gil, Machado (Manuel), Marquina, Montilla, Rueda, Navarro, Quesada y Villaespesa; los mexicanos Nervo, Nájera, Díaz Mirón, Urbina y Tablada; y los peruanos Chocano, Prada, Moreno, Roman y Valdelomar.