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Narrativa medieval

Publicado por Pablo

narrativa-medieval.jpgCon la caída del Imperio Romano se acabó en muchos sentidos con la civilización clásica grecolatina, pero muchos de sus paradigmas culturales pervivieron. Por ejemplo, aquél que dividía la literatura escrita en verso entre la poesía lírica -alegre y sencilla- y la poesía épica -heroica y compleja-. A la poesía lírica se le añadió música y se centró en determinados temas, pero no cambió en exceso. La poesía épica vivió un progresivo desarrollo que la iba a encaminar hacia la narrativa moderna.

En efecto, la vieja épica se fue transformando durante la larga Edad Media en un género diferente. Se siguió escribiendo en verso, y en cierto sentido, se siguió escribiendo sobre grandes aventuras protagonizadas por grandes héroes guerreros y sabios.

No obstante, las diferencias empezaron a hacerse muy evidente a partir de los siglos XII y XIII. Como también ocurrió con la lírica, los autores empezaron a hacerse más importantes, desapareció el anonimato y éstos fueron buscando la originalidad para distanciarse de los demás. Así se abandonó el tradicional verso largo «estándar» de la épica por versos más cortos, y más al gusto del autor en cuestión. Las historias adquieren una mayor complejidad narrativa y se destinan exclusivamente a la lectura, cuidadosamente editadas en hermosos manuscritos.

Herencia de la épica, en cierto modo, es el gusto por entregar el protagonismo de estas obras a solitarios caballeros andantes, con los que nace la célebre novela de caballerías. Estos nuevos héroes, no obstante, son muy diferentes a los viejos héroes clásicos. Son más solitarios y están impregnados de una moral cristiana que les hace caminar sin rumbo simplemente en busca de ayudar el débil y luchar con los poderosos, normalmente gigantes y monstruos.

Estos caballeros combaten no por un rey o una patria, sino por el amor de alguna doncella, según el esquema de amor cortés desarrollado en esta misma época por los autores líricos.

Al igual, también, que la lírica provenzal, esta tipología narrativa nació en Francia y desde allí se extendió a Castilla y Aragón, donde se haría tremendamente popular. Las novelas de Chrétien de Troyes sobre la corte del Rey Arturo, la aventura de Tristán e Isolda, o la primera novela de caballería escrita en catalán, Tirant lo Blanc, fueron las primeras novelas en ser conocidas y todavía hoy se continúan leyendo, marcando el inicio de una historia de éxito: la de la novela, que lejos de decaer, continuó haciéndose cada vez más popular.