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Poesía desarraigada

Publicado por Lourdes

victorianoCremerEl grupo literario español de la Generación del 36 se dividió en dos grandes vertientes: la poesía arraigada y la poesía desarraigada. Ya en el artículo de ayer os explicamos en qué consistió la poesía arraigada, pero, si no pudiste acceder a él no te preocupes pues puedes consultarlo clicando directamente en el enlace directo que te proporcionamos a continuación.

Poesía arraigada

Pues bien, en el artículo de hoy continuaremos con la explicación de la poesía desarraigada. Como ya habrás podido consultar en el artículo de la poesía arraigada, existían dos revistas importantes sobre las que se dividieron los principales autores: las tituladas “Escorial” y “Garcilaso”, pues bien, con respecto a la poesía desarraigada, en el año 1944 se creó en León la revista titulada “Espadaña” por parte de Eugenio de Nora y Victoriano Crémer, cuyo principal cometido era el de enfrentarse continuamente a todo lo que dijera o publicase la revista Garcilaso. La naturaleza de los artículos de la revista Espadaña era de un enfoque existencial en el que enfrentaban continuamente la religiosidad y la angustia esencial que siempre había tenido el hombre con respeto al final inexorable de la vida. Además de esto, también hacía hincapié en las injusticias y el terrible dolor que sufrieron durante los años de la Guerra Civil Española y sus irremediables consecuencias.

El estilo de la poesía desarraigada buscaba más bien la fuerza emotiva que el equilibrio estético haciendo uso de multitud de giros coloquiales. Algunos de sus autores más importantes fueron: Victoriano Crémer, Carlos Bousoño, José Luis Hidalgo, Rafael Morales y Blas de Otero.

Victoriano Crémer (1908)

Su estilo era muy duro, comprometido y existencial, parecido al tremendismo. Sus obras más importantes fueron: “Nuevos cantos de vida y esperanza” del 1952 y “Con la paz al hombro”, del 1960.

Carlos Bousoño (1923)

Este autor también trataba la angustia como tema recurrente de sus obras, como ocurrió en la titulada “Primavera de la muerte”. Bousoño intenta superar esta angustia con otra de sus obras llamada “Invasión de la realidad”, del 1962.

José Luis Hidalgo (1919 – 1947)

Este autor reflejó antes morir una descripción de un mundo estremecido y angustiado frente a la nada, en su obra titulada “Los muertos”, del 1947.

Otro autor de la poesía desarraigada de la Generación del 36 española que trató el tema existencial fue Rafael Morales (1916). En su obra “Los desterrados”, del 1947, reflejó cómo entendía el dolor que las personas marginadas llevaban sufriendo durante toda su vida. En otra de sus obras titulada «Canción sobre el asfalto», publicada en el 1954, crea poemas dedicados objetos marginales muy concretos como el cubo de la basura, una chaqueta vieja, barrenderos, etc. Por último, en su obra titulada «Poemas del toro», del 1943 abundan unos profundos sonetos.

Blas de Otero (1916 – 1979) fue un poeta comprometido y social. Con respecto a su vida personal, militó en el Partido Comunista de España, además vivió en países como Cuba y distintas ciudades de Europa y Asia. Dentro de sus obras poéticas destacan: «Ángel fieramente humano» del 1950, «Redoble de conciencia» del 1951, «Pido la paz y la palabra» del 1955, «En castellano» del 1960 y «Qué trata de España» del 1964. Con respecto a sus obras en prosa destaca «Historias fingidas y verdaderas» del 1970.