Lengua
Inicio Literatura Poesía desarraigada (II)

Poesía desarraigada (II)

Publicado por Lourdes

Carmen Conde 1En el artículo de ayer comenzamos a describir a los principales autores de la poesía desarraigada, una de las vertientes características de la Generación del 36 de la literatura española de posguerra. Si te lo perdiste puedes acceder directamente a çel clicnado en el siguiente enlace:

Poesía desarraigada

Pues bien, en el año 1945 apareció el postismo del gaditano Carlos Edmundo de Ory (1923) manifestándose en una revista con el mismo nombre que. en la época de la censura fue prohibida después de publicar su primer y único número, por sus características vanguardistas.

En el año 1970, hizo pública su antología titulada “Poesía” (1945 – 1969) que servirá de influencia para las nuevas Vanguardias de los años 70 y 80.

El grupo cántico aparecerá también a raíz de una revista con su mismo nombre en Córdoba en el 1947. Sus principales características giran en torno a los clásicos grecolatinos, la lírica barroca, la temática de la exaltación de la vida, la brevedad del placer, lo sensual, lo amoroso, lo religioso y una forma y ritmo muy cuidados junto a valores estéticos.

Ricardo Molina (Puente Genil 1917 – Córdoba 1968) fue el cabecilla de la escuela poética cordobesa del grupo cántico. En el 1957 publicó la “Elegía de Medina Azahara”, en el 1982 sus “Obras completas”, en la que existen poemas hermosos relacionados con el amor inevitable y el tiempo huido.

Pablo García (Baena, Córdoba, 1923) también perteneció al grupo cántico y trató en poemas sensuales, el paganismo y el cristianismo. Una de sus obras llamada “Junio” del 1957, cumplirá estas características al igual que “Óleo” del 1958. Otra de sus obras fue “Antes que el tiempo acabe” del 1978. En el año 1984 recibió el Premio Príncipe de Asturias.

Rafael Montesinos (Sevilla, 1920) Su mentalidad está de acuerdo con la de la revista Garcilaso, su poesía era intimista y de una gran belleza y sensibilidad. Trataba temas relacionados con su ciudad natal, su infancia y su juventud bajo un marco conmovedor. Su estilo recuerda a los grandes poetas andaluces como Bécquer, Antonio y Manuel Machado, Juan Ramón Jiménez y Alberti. Sus obras más destacables fueron: “El libro de las cosas perdidas” del 1946, “Antología poética” del 1944 al 1995, “Con la pena cabal de la alegría”, encontrada en el 1996, “Los años irreparables”, del 1952, “Bécquer, biografía e imagen” y “La semana pasada murió Bécquer”.

Por último, merece la pena destacar a la poeta Carmen Conde (1907 – 1994) que fue la primera mujer que entró a formar parte de la Real Academia Española. Por su edad debería pertenecer a la Generación del 36, pero debido a su conciencia social se aproxima más a la siguiente. Sus obras más importantes fueron: “Mujer sin Edén” del 1947, “Mientras los hombres mueren” del 1953, “Sostenido ensueño” del 1967, “A este lado de la eternidad” del 1970, “El tiempo es un río lentísimo de fuego” del 1978, “La noche oscura del cuerpo” del 1980 y “Cráter” del 1985. La temática que trató con más frecuencia fue la del amor, la guerra, la muerte, el destino y la divinidad.