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Poesía visual

Publicado por Aroa Plaza

hachaExiste la idea de que la poesía visual nace de la mano de las Vanguardias, pero lo cierto es que podemos encontrarla mucho antes del siglo XX. Hoy en La Guía 2000, en nuestra sección de literatura te ayudaremos a descubrirla.

Consideramos tres grados en la relación existente entre la escritura y la imagen. Estos son los siguientes:

1. ECFRASIS: escritura que sirve de traducción de la pintura.

2. APOYO: la imagen que se halla apoyando a la escritura o viceversa.

3. EMBLEMA: manifestación de un solo código en el que la imagen se genera a partir de la escritura.

Veamos ahora las características que posee la poesía visual de esta época:

a) Carácter lúdico: artifiosidad, juegos de la inteligencia, etc. Durante el siglo XVII tenemos más caligramas que durante las vanguardias, ya que estos se usaban como propaganda.

b) Culturalismo: se rompe con la mímesis clásica y se da más importancia a cómo se copia que al objeto que se copia.

c) Sentido mágico de la palabra: A través de la palabra se busca lo maravilloso, lo sorprendente, etc.

d) Finalidad puramente didáctica: abunda la literatura de laberintos con un sentido mágico, que después adquirirá una intención didáctica. Se pretende enseñar al pueblo, por ejemplo, por medio de acrósticos alfabetos.

Las primeras manifestaciones corresponden a la época helenística, del S.III a. de C.

1. Representación de las alas de Hermes

2. Reproducción del hacha de Epemus

3. Huevo de pascua

4. Siringa de Teócrito

5. Altar

Después de la época helenística, es en la latinidad tardía donde encontramos más caligramas, por un redescubrimiento de esta literatura y también por la influencia del cristianismo donde serán muy abundantes los laberintos. El laberinto se concibe como un laberinto en la búsqueda del centro, por eso hay laberintos que se pueden leer en varias direcciones, pero siempre a partir del centro (el centro representa la conexión con la divinidad). En el reinado carolingeo se produce un deseo de renovación, donde destaca Vigilán. A partir de los siglos IX-X y casi hasta el XIV, este tipo de artificios visuales decae bastante. Encontramos ya emblemas en el XVI, incluso con música. En el XVII, estos emblemas comienzan a adaptarse en la fiesta barroca. Se da entonces la unión de las artes a la propaganda política. En el XVIII, se llegan a simplificar tanto las formas que son casi carteles, de artificio literario tienen poco. Lo más cultivado son los acrósticos esféricos, surgen los poemas concordados: una misma sílaba sirve para dos versos. Los laberintos en los siglos XVII y XVIII se retoman con una finalidad muy diferente a la que poseían en la Edad Media, ya no son religiosos sino propagandísticos. En este momento, nacen atisbos de renovación de la mano de una Academia (entre 1749 y 1951), que impulsa ese conocimiento de Garcilaso y los autores clásicos españoles: Luzán, Velázquez, Nasarre, Villarroel, etc. Es un momento de aceptación de las transformaciones.

Como hemos podido ver la poesía visual hunde sus raíces mucho más allá de la poesía de las vanguardias, que la retoma y enaltece.