La poesía en los siglos XIV y XV
La poesía cortesana francesa sigue, desde mediados del siglo XIV, cantando su amor por las damas, de la misma manera que ya hicieran los trovadores en el siglo anterior. Sin embargo, lo manido que se muestra ya este tema hace que a la entrada de este siglo los autores buscan rizar el rizo, como suele decirse, y a falta de innovación temática las novedades lleguen en el plano de lo estilístico. La consecuencia es que se produce una complicación formal y una excesiva artificiosidad que convierte la lectura y la compresión de estas obras en una aventura harto complicada.
La principal virtud de estos géneros se encontraba, sin embargo, en otro ámbito. Y parece ser que éste era el de la música, el de los cantores que con cada vez mayor destreza y delicadeza cantaban estas poesías. Y así hemos de entender el surgimiento del principal poeta medieval de la lengua francesa, François Villon. Este genial poeta, compositor de una obra de un marcadísimo carácter personal, expresa en ella su amor a las damas amadas, así como da un repaso por todos los temas que en su vida le preocupan.
Y es que su vida no estuvo exenta de polémica. En 1455 tuvo una discusión bastante grave con un clérigo, en el claustro de una iglesia, a Villon acabó matándolo con una navaja. Más adelante, cometió diversos robos de –al parecer- no poca importancia. Por todo ello fue condenado a muerte, aunque para su fortuna esa condena fue finalmente revocada, y se cambió por un destierro a París. Nada se volvió a saber de él, desde aquel momento.
Cruzando los Pirineos hacia abajo, es decir, en la Península Ibérica, la poesía también parecía gozar de una buena vitalidad, y contaba con destacados y brillantes poetas. Tales eran los casos de Pere y Jaume March, o de Jardi de Sant Jordi, aunque quien alcanzó mayor brillantez con sus versos no fue otro que Ausiàs March, hijo de Pere March.
Nació Ausiàs a finales del siglo XIV y a lo largo de su vida alcanzó el título de caballero. Se casó a los cuarenta años con la hermana de Joanot Martorell, el autor de Tirant lo Blanc, aunque al poco tiempo enviudó. Poco después volvió a casarse, aunque la fortuna volvió a esquivarle: enviudó de nuevo, al poco tiempo.
En cualquier caso, y al margen de su poco afortunada vida conyugal, fue el primer poeta culto catalán que rompió de forma clara con la tradición de escribir en provenzal. Su obra, que está compuesta de 128 poesías, ofrece una conjunción novedosa de temas y formas heredados de los provenzales, así como reflexiones doctrinales y filosóficas que reflejan la propia evolución del pensamiento del autor. Se considera su obra como la más extensa de la literatura medieval en su área cultural.