Lengua
Inicio Literatura Romanticismo italiano

Romanticismo italiano

Publicado por Pablo

romanticismo-italiano.jpgEl romanticismo dominó el mundo de la filosofía, las artes y la literatura europeas durante parte de los siglos XVIII y XIX. De origen alemán, se expandió con bastante naturalidad a Gran Bretaña, y con algo más de reticencia al resto de la Europa continental: Francia, España y finalmente Italia.

El caso italiano presenta ciertas particularidades. El romanticismo fue adoptado en aquél país por algunos de los autores más importantes de esta etapa, si bien éstos atenuaron algunos de sus presupuestos más radicales. En particular, las novedades formales que encontramos entre los románticos ingleses y alemanes -entregados en cuerpo y alma al ideal romántico- quedaron bastante matizados por el gusto clasicista de sus colegas italianos. De la misma manera, las temáticas románticas que habían sido principales en el romanticismo del norte, (es decir, la preeminencia del sentimiento irracional, la subjetividad y el exotismo) no lo fueron tanto en el romanticismo italiano, que vivió desde sus orígenes fuertemente ligado al movimiento nacionalista.

Ugo Foscolo, que escribió en los primeros años del ottocento (siglo XIX), figura en la historia de la literatura como el primer autor italiano verdaderamente cercano al romanticismo. Su primera obra, la novela Últimas cartas de Jacopo Ortis, recuerda con fuerza al Werther de Goethe, centrándose en la historia de un individuo que entrega su vida en la creencia de salvar con ello la libertad de su patria.

Alessandro Manzoni, contemporáneo de Foscolo, manifestó este mismo interés por la literatura patriótica, si bien adoptó más rasgos de los románticos europeos al escribir una poesía y un teatro completamente exentos de las reglas tradicionales. Una de sus novelas históricas, Los novios, es considera como uno de los grandes libros nacionales italianos. Cuenta la historia de una pareja de novios que es perseguida por un noble, empecinadamente encaprichado de la chica. En el fondo de la historia, la terrible dominación española del siglo XVII, un escenario perfecto para reivindicar la libertad de la patria italiana.

El tercero de esta tríada de grandes autores es Giacomo Leopardi, uno de los más brillantes poetas del romanticismo europeo. Dueño de una basta formación humanística, alejado de las grandes centros culturales de su tiempo, y con un carácter débil, pesimista y oscuro, mantuvo una curiosa simbiosis entre sus formas puramente clásicas y su temática y fondo netamente romántico. De hecho, Leopardi nunca se consideró a sí mismo un romántico, e incluso atacó a sus contemporáneos por adoptar un estilo para él «monstruoso».