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Teatro de la crueldad

Publicado por Pablo

teatro-de-la-crueldad.jpgEn 1938, un guionista, poeta, actor y director de teatro francés llamado Antonin Artaud publicó una obra en la que arremetía contra las principales convenciones teatrales de su época. La obra, llamada El teatro y su doble, era en realidad una colección de ensayos en los que Artaud trató diversos temas relacionados con el mundo escénico, y entre ellos incluyó uno al que llamó El teatro de la crueldad. Artaud expresó en él su opinión acerca de la excesiva importancia de la palabra y el lenguaje verbal en el teatro de su tiempo. Frente a ello, abogó por un teatro en el que predominara el gesto, la imagen y el pensamiento, mucho más capaces, en su opinión, de despertar los sentimientos y las reacciones del espectador y evitar su complacencia. «No ha quedado demostrado, ni mucho menos, que el lenguaje de las palabras sea el mejor posible», afirmaba Artaud como colofón a su tesis.

Artaud creía que el teatro debía ser un medio para expresar los conflictos y las tensiones inherentes a la condición humana. Para él, el teatro no debía ser un simple entretenimiento, sino una experiencia transformadora, tanto para los actores como para el público. En este sentido, el teatro de la crueldad busca romper con la barrera que separa a los actores del público, creando un espacio en el que ambos se encuentren en un mismo plano de realidad.

Con el tiempo, El teatro de la crueldad pasaría de ser el título de un ensayo a la etiqueta de todo un subgénero teatral de importante éxito en el siglo XX. Conviene recordar, no obstante, que el término crueldad no debe llevar a engaño. El objetivo de Artaud no era llenar sus obras de sadismo ni dolor, sino poblarlas de una nueva y revolucionaria determinación: la de mostrar aquellas facetas de la realidad que el espectador no quería ver; y hacerlo de forma directa, austera, violenta si era necesario. El espectador debe quedar marcado por la obra, debe ser sorprendido e impresionado mediante situaciones impactantes.

A pesar de la convicción con la que fueron escritas, las ideas de Artaud no dejaron de ser, por otra parte, sumamente vagas. Así, aunque encontraron el apoyo de numerosos dramaturgos y personas relacionadas con el mundo escénico, cada cual las interpretó a su manera y surgieron diversas tendencias.

Algunos buscaron provocar esas reacciones en el espectador por medios técnicos, deslumbrando a la audiencia a base de utilizar las posibilidades físicas y visuales del medio teatral en toda su potencia. Otros, en cambio, entendieron que las ideas de Artaud se referían a algo más radical, y que el espectador debía ser golpeado mediante escenas brutales, a menudo violentas y desagradables.

Esta última tendencia se denominó en inglés «in your face» (en tu cara) y tiene en Martin McDonagh uno de sus mayores representantes en la actualidad. Peter Weiss, David Marmet, Fernando Arrabal, Harold Pinter, Santiago Roldós y Alejandro Jodorowksy también se han visto fuertemente influídos por el teatro de la crueldad, en alguna de sus varias interpretaciones.

El teatro de la crueldad ha dejado una marca indeleble en la historia del teatro contemporáneo. Aunque la visión de Artaud fue radical y controvertida, su influencia se puede ver en numerosas obras y en la práctica teatral de muchos artistas. Su legado sigue vivo y continúa desafiando las convenciones teatrales, recordándonos que el teatro es un medio poderoso para explorar y expresar la complejidad de la experiencia humana.