Fernando Arrabal
Fernando Arrabal es uno de los escritores del siglo XX de la literatura española. Nació en Melilla, en el año 1932 pero no vive en España desde el año 1955, ya que se mudó a Francia a vivir.
Con respecto a sus obras teatrales, pasó muchos años sin presentar nada al público español, aunque también hay que reconocer que Fernando Arrabal no contaba con el favor del público pues no atendía a su reclamo ni conseguía buenas críticas ni apoyo. No fue hasta el año 1958, cuando presentó su obra «El triciclo», pero, desgraciadamente, con ella volvió a demostrar que sus obras no eran del agrado del público español pues no consiguió más que rechazo. Por esta razón, Fernando Arrabal decidió marcharse de España de manera definitiva para quedarse a vivir en París, Francia.
En Francia sí que publicó muchas más obras, aunque también recibía normalmente críticas negativas. Aún así, Fernando Arrabal continuó con su labor de escritor dramático. Las obras que creaba siempre las componía en español y era su mujer la que se encargaba de traducirlas al francés para su representación en el país galo.
Con el paso de los años consiguió, por fin, su reconocimiento como autor dramático llegándose a considerar uno de los autores más influyentes del los dramaturgos de la época.
En las obras de Fernando Arrabal se percibe la esencia del teatro europeo que, hasta ese momento, se desconocía en España como: la crueldad y el absurdo de Artaud, Jarry, Ionesco y Beckett; el surrealismo de Breton y el simbolismo de Baudelaire.
Por su parte, las características de la literatura española también aparecían en las obras de Arrabal como los rasgos de: Cervantes, Góngora, Quevedo, Gómez de la Serna y el esperpento de Valle-Inclán.
Las creaciones de Fernando Arrabal sufrieron una evolución con la que pasaron del teatro de lo absurdo al teatro pánico, un concepto que creó junto a Alejandro Jodorowsky y Roland Topor en el año 1962. Este tipo de teatro refleja la provocación y la escatología, bastante cercano a al teatro cruel de Artaud.
Dentro de las obras más importantes de Fernando Arrabal destacan: «Pic nic en el campo», del 1958, en la que se cuenta la historia de una familia que celebra una fiesta en tierras del ejército contrario; «El cementerio de automóviles», del 1966, obra que sorprendió a la crítica de manera positiva; «Oye patria mi aflicción» y «El arquitecto y el emperador de Asiria», del año 1977, las cuales no llamaron la atención a los espectadores; «La coronación», del 1965; «El gran ceremonial», del 1965; «El jardín de las delicias», del 1967 y «Róbame un billoncito», del año 1977, con la que cambió de manera radical del teatro bufo al vodevilesco.