Esta vez nuestro post va dedicado a recuperar una obra clave de la literatura: «Una habitación propia» de Virginia Woolf
Publicada en 1929 por la autora londinense Virginia Woolf (1882-1941), la obra supone un ensayo crítico sobre el papel de la mujer en la historia de la literatura.
Tras diversas charlas y coloquios mantenidos a lo largo de años anteriores, el título de este trabajo surge como respuesta a una pregunta clara:
…la cuestión es respondida de una manera tajante por la autora:
Así pues el título de la obra se presenta como una clara metáfora, no es que la mujer carezca de talento a la hora de manejar la labor literaria, de lo que realmente carece es de la independencia (familiar y económica, se entiende) que la mantiene coartada. Y es que el papel de la mujer en la sociedad que le tocó vivir a Woolf, difícilmente va más allá de su tarea como madre o en el mejor de los casos, una mujer podría realizar un trabajo menor, controlada siempre por el esposo.
En tanto a la forma en la cual el ensayo se perfila, la autora utiliza un personaje de su invención que jugará el papel narrativo usando siempre la primera persona; se busca así la atención doble del lector, primero como lector mismo, como oyente además.
De su fina e irónica prosa el lector asume la inteligencia de la autora, una mujer adelantada a su tiempo. Plena de inquietudes que la sociedad inglesa e principios del siglo XX no ve con buenos ojos. La lectura es ágil, rápida y fluida, no por ello carente de sentido. La riqueza la aportan figuras literarias tales como la ya mencionada metáfora, la más destacada quizá, aquella que presenta a la mujer como un espejo en el que su marido ha de mirarse, no solo para contemplarse poderoso, sino para duplicar su propio poder (el masculino y el femenino, siendo el poseedor del destino personal y del de su esposa a un tiempo).
De su admiración por William Shakespeare, nace el personaje inventado de una hermana de aquel; esta, contando con una maestría literaria como la que hizo grande al archiconocido autor inglés, no pudo desarrollar carrera artística alguna, víctima de una sociedad patriarcal.
Entendemos que para la elaboración de la novela, la autora ha tomado parte de su tiempo documentándose, pues el argumento que presenta a la mujer como amordazada por la propia sociedad, se basa en un repaso arduo a personajes literario de renombre internacional y atemporal, que se suceden como herederos los unos de los otros, Chaucer como base de Marlowe, Marlowe como inspirador del mismísimo Shakespeare.
No puede obviar la autora a algunas predecesoras a su labor, como fueron Jane Austen o las hermanas Brönte.
Una habitación propia, es considerada, aún hoy día una obra de referencia de la literatura inglesa moderna , símbolo del feminismo incipiente que tiene por objeto no colocar a la mujer en una posición social privilegiada, sino en aquella que le pertenece: junto al hombre, nunca por debajo de él.