Y las montañas hablaron II
Hoy continuaremos nuestro anterior artículo sobre la novela «Y las montañas hablaron».
La historia da otro salto en el tiempo, y nos lleva hasta unos pocos años después. Nabi, comienza a cuidar al señor Wahdati, después de que este sufriera un infarto cerebral. A consecuencia de ello, su esposa Nila, abandona el país llevándose a Pari, pero Nabi, decide quedarse junto a Wahdati, al no encontrar a nadie que quiera ocuparse de los cuidados de este. Wahdati fallecería unos cincuenta años después, haciendo heredero de toda su fortuna a Nabi.
La historia vuelve a presentarnos a más protagonistas, los Bashiri, unos vecinos de Wahdati, que tras un tiempo en los Estados Unidos, donde fueron huyendo de la guerra, deciden regresar a Afganistan para reclamar las propiedades de la familia. Una vez en el país, Idris Bashiri conoce a una niña con graves heridas y secuelas tras ser atacada por su tío con un cuchillo. Este, se ofrece a ayudarla y costear las posibles operaciones médicas que necesitara. Pero poco después este regresa de nuevo a Estados Unidos incumpliendo la promesa que le hizo a la niña.
La historia nos llevará hasta unos años después a los Estados Unidos, donde Idris se topa con esa niña, Roshi, ya está recuperada, y se encuentra en un acto firmando copias de su libro, una autobiografía que ha llegado a ser un best sellers.
En los siguientes capítulos, Hosseini nos llevará de nuevo hasta Nila, que se ha instalado en París junto a Pari, y se ha convertido en una importante poeta. Nila y Pari comienzan entonces a distanciarse, a romperse la relación entre ellas, incluso hasta el punto de que la ya no tan niña Pari, ha mantenido relaciones con uno de los amantes de Nila.
Los conflictos entre “madre e hija” terminan con el suicidio de Nila. Tras el triste desenlace, Pari comienza dudar sobre si esta era su verdadera madre. Tras un tiempo de dudas, decide viajar junto a una amiga hasta Afganistán para investigar su pasado.
Finalmente Pari no realizaría dicho viaje, se casaría y tendría hijos junto a unos de sus compañeros de clase, Eric. Sería años después, y tras cumplir Pari los 48, cuando recibiría una carta de Nabi, en la que este le explica su pasado y la verdad sobre su familia biológica.
El extraordinario final es narrado por la hija de Abdullah, a la que llamaría Pari. Un final en el que ambos hermanos vuelven a reencontrarse en los Estados Unidos, un final tan deseado como triste, ya que Abdullah, después de tanto tiempo buscando a su hermana, no la recuerda, debido al alzhéimer que sufre.
A pesar del triste final de la novela, la historia creada por Hosseini está llena de historias emotivas y personajes tan cercanos como auténticos, los cuales han llevado a esta novela a convertirse en una de las más vendidas del escritor afgano.