Causativo
Por causativo entendemos una forma de construcción morfológica que es particular de ciertas lenguas. Generalmente se construye mediante la utilización de un sufijo derivativo con la capacidad de cambiar la valencia del verbo. A este modo de construir el causativo algunos analistas la han llamado voz causativa, ya que puede ser entendida como una voz oblicua del verbo.
De esta manera, la voz causativa se construye mediante el añadido a la raíz verbal de un sufijo que ha de actuar como complemento sintáctico obligatorio al que podemos entender como complemento directo. Dicho sufijo será el experimentador de la voz directa, el paciente, de modo que el agente o causante del estado pasará a ser el sujeto sintáctico del verbo una vez aplicada la voz causativa.
Por ejemplo, en la lengua náhuatl podemos encontrar los siguientes ejemplos de aplicación del causativo:
- La oración «el perrito murió» se construye: «Čiči-ton ō-mik (perro-DIM PAS-«morir»)».
- La oración «la mujer hizo que el perrito muriera» (o «la mujer mató al perrito») se construye «Siwaλ čiči-ton ō-mik-tih (mujer perro-DIM PAS-«morir»-)»
Veamos este ejemplo mejor. En la primera oración de las dos anteriores, «el perrito» es un mero paciente, o lo que es lo mismo, no sabemos, porque no se menciona, quién o qué lo mató. En la segunda, en cambio, el hecho que se describe es exactamente el mismo, «la muerte del perrito», y sin embargo se especifica el agente o causante del mismo, «la mujer», que es también el sujeto. En cambio, el paciente, «el perrito», es el complemento directo. Si nos fijamos en el ejemplo en náhuatl, veremos que la forma habitual que tiene esta lengua para construir el causativo es «-tia» o «-tih» para las formas perfecas.
La lengua sánscrita también aplica el causativo mediante la adición de un sufijo. En este caso se utiliza «-ay» y la raíz verbal aumenta de grado Ø a grado a, o bien de grado a a grado ā (como por ejemplo de bhū , «existir», a bhāv-ay- y luego a bhāvayati, «el que hace que exista»; o de khad, «comer», a khād-ay- y luego a khādayāmi «, es decir, «lo alimento» o también «hago que coma»).
El japonés emplea el causativo de la misma forma (como en taberu, «comer», que se convierte en tabesaseru, «hacer que alguien coma»; o en yomu, «leer», que pasa a ser yomaseru, «obligar a leer»).
En general, el esquema de aplicación de un sufijo causativo puede representarse de la siguiente manera:
[X]v1 «ser/estar X» > [[X]v1 + causativo]v2 «hacer que alguien sea/esté X»
En este esquema, la X designa el verbo intransitivo que requiere únicamente un participante temático (como por ejemplo un verbo estativo), y cuyo sentido habría de ser «ser o estar X». Su forma causativa sería un verbo transitivo (de tipo v2 en el esquema) con un sentido general distinto, del tipo «hacer que alguien esté X».