Betacismo
Hoy, en nuestro blog La Guía 2000, vamos a hablar del betacismo. Fenómeno lingüístico que se produce al fusionar la pronunciación de los sonidos [b] y [β] o [v]. El betacismo se da, en su mayor parte, en las lenguas que provienen del latín como el español, el portugués, el italiano, ect.; sin embargo, no es un fenómeno raro y podemos encontrarlo en otras lenguas no romances como por ejemplo el griego. A continuación vamos a centrarnos en explicar el fenómeno del betacismo que afecta a las lenguas provenientes del latín vulgar, es decir, a las lenguas romances, también llamadas neolatinas o románicas:
En el siglo I d. C. se produce la consonantización de la /u/ latina en /b/; así, palabras como “avis” que se pronunciaban /awis/ pasan ser pronunciadas /abis/.
Como consecuencia del proceso de lenición, es decir, del debilitamiento articulatorio que se produce en las consonantes en una posición lenis (débil), la /u/ del latín y la –B- tomaron la misma pronunciación /b/. Esto lo observamos en palabras como “ave”, “lavare”, “amaban”, “tenebam”. Además, se han encontrado testimonios escritos en los que aparece reflejado este cambio; así podemos leer “sivi” por “sibi” o “Plevis” por “plebis”, por ejemplo.
El sistema fonético del latín resultaba irregular y asimétrico. Contaba con una oposición sordo/sonoro: /p/- /b/; pero, a su vez, el fonema /p/ se unía con el fonema /f/: los dos eran sordos pero oclusivo/fricativo. Con el betacismo, se ocupó el lugar vacío que quedaba en el sistema fonético del latín; de este modo El resultado de /u/ y –B- > /b/ pasó a ocupar esa posición libre en el sistema: /p/ – /b/, /f/ – /b/.
Al ser conscientes de esto nos damos cuenta de que existiendo dos fonemas /-b-/ y /-b-/, estos han de de diferenciarse de algún modo. En la Edad Media encontramos distintas grafías para ambos fonemas, tenemos: /-b-/ “b” y /-b-/ “u”, “v”.
En posición intervocálica estos fonemas (/b/ y /b/) poseían un carácter fonológico. Pero además, el proceso de lenición también se produjo en posición inicial, ya que bastaba con que le precediera una vocal para que ocurriera el fenómeno.
La etimología regía las grafías de las palabras que contenían estos fonemas, pero se han encontrado errores ortográficos que muestran cuál era la verdadera pronunciación:
A pesar de la distinción que se realizaba en un principio cuando se encontraban entre dos vocales, la no distinción en posición inicial contagia a la posición intervocálica y, en consecuencia, encontramos un único fonema /b/ con dos realizaciones: [b] y [b].
Algunos autores, como Penny, contradicen esta teoría defendiendo la existencia de distinción entre las dos grafías argumentando que:
Esta distinción en inicial se prueba por medio de las grafías, que coinciden en su inmensa mayoría con la grafía latina, y afirman que los pocos casos en los que la grafía no coincide con etimológicamente son interpretado como excepciones. Concluyendo que sólo a principios del XV se empieza a generalizar cierta confusión en posición inicial que pasará más tarde a posición intervocálica.