Adverbios relativos
La principal función de los adverbios es la de actuar como complementos circunstanciales del verbo, añadiendo información circunstancial a la acción verbal que puede ser de tiempo, lugar, modo, cantidad y otras muchas posibilidades.
Se ha querido resaltar esa función adverbial ya que el tema que vamos a tratar en este artículo pondrá pronto de relieve su importancia. Se trata de los adverbios relativos, que, como su propio nombre indican, se ocupan de relacionar partes de la oración entre sí, o bien unas oraciones con otras. Algunos especialistas en lenguaje los llaman por ello adverbios conjuntivos.
De forma canónica, los adverbios relativos más extendidos y utilizados son cuatro:
donde
cuando
como
cuanto
Como advertencia, es importante señalar que cuando estos adverbios actúan como adverbios relativos son siempre átonos, es decir, no llevan tilde. En cambio, cuando actúan como adverbios interrogativos, sí lo llevan, convirtiéndose en dónde, cuándo, cómo y cuánto.
Teniendo en cuenta lo anterior puede surgir la gran pregunta: ¿en qué se diferencian entonces los adverbios relativos de las conjunciones?
La respuesta está en el primer párrafo de este artículo. Los adverbios relativos actúan, en todos los casos, como complementos circunstanciales del verbo. Cuando no estén informándonos de las circunstancias de la acción verbal, entonces, simplemente, no estarán siendo adverbios. Veamos unos ejemplos comparativos.
Aquel es el apartamento donde vivo
Te haré una visita cuando mejore el tiempo
Lo haré exactamente como me habéis ordenado
¡Tenía mucho miedo! Corrí cuanto pude para escapar de allí
En todos los casos anteriores estamos viendo adverbios relativos. En el primer ejemplo, “donde” añade información circunstancial de lugar (el apartamento “en el cual” vivo”). En el segundo, “cuando” añade información de tiempo. En el tercero, “como” se refiere al modo en que la acción se realiza, y en el último, “cuanto” añade información de cantidad, explicando en qué medida corrió el sujeto de la oración.
En los casos en los que estas palabras no añadan esa necesaria información circunstancial al predicado de la oración, entonces estarán actuando como conjunciones plenas, y perderán su naturaleza adverbial. Es el caso de los siguientes ejemplos:
Como no has hecho lo que se te dijo, no te doy el regalo
Como no estudies, no creo que puedas aprobar
Cuando Juan no viene es porque está enfermo
Si nos fijamos, los anteriores casos podrían reformularse con otras palabras no adverbiales (por ejemplo: “puesto que / ya que / porque no has hecho lo que se te dijo, no te doy el regalo”). Hacer esto sería imposible con los ejemplos del primer grupo, donde la información circunstancial es insustituible.