Lengua
Inicio Gramática Correferencia

Correferencia

Publicado por Pablo

correferencia.jpgLa correferencia es un concepto gramatical que indica igualdad (de ahí el prefijo co-) en la referencia de dos o más elementos lingüísticos.

Hay que distinguir, no obstante, entre la definición puramente lingüística del fenómeno de la correferenciación, y el uso habitual del mismo, que generalmente ocurre en textos argumentativos y periodísticos, aunque también aparece en textos literarios.

En el primer caso, la correferencia tiene lugar dentro de una misma construcción sintáctica, como en un hipotético caso en que dijéramos «Pablo prepara a Pablo para salir». Si Pablo y Pablo son la misma persona, y no dos Pablos distintos, entonces ambos son correferentes, y uno de ellos se puede -es más, se debe- sustituir o elidir de la construcción, que quedaría así: «Pablo se prepara para salir». En general, todas las oraciones en que aparece un pronombre reflexivo son el resultado de la sustitución o elisión de un fenómeno de correferenciación: así «Pablo se peina» en lugar de «Pablo peina a Pablo», o «Pablo quiere irse a la playa» en lugar de «Pablo quiere que Pablo se vaya a la playa».

Pero, como anunciábamos al principio, la correferencia tiene otra aplicación mucho más conocida que ésta que acabamos de describir. Esta otra aplicación tiene lugar cuando, en un texto -y he aquí la primera diferencia: ahora no nos vemos en el interior de una construcción sintáctica, sino en un conjunto de ellas-, se utilizan diversos términos o expresiones para referirse a un mismo elemento. Así, todos estos términos o expresiones serían correferentes entre sí.

La idea es la siguiente: a lo largo de un texto es normal que una serie de elementos se vayan repitiendo, o aparezcan en varias ocasiones. Como repetir siempre la misma palabra, el mismo término, tiende a causar en el lector un cierto aburrimiento, una cierta reprobación de la calidad literaria del texto y de la amplitud de vocabulario del autor; entonces éste opta por utilizar distintos vocablos que actúen a la manera de sinónimos y construye, así, un espectro de términos correferentes.

Para verlo en un ejemplo, imaginemos un texto en el que resumimos la biografía de una persona:

«Juana, hija de Roberto y María José, estudió en su ciudad natal hasta que hubo de trasladarse por motivos de trabajo. […] A la edad de 25 años, la muchacha entró a trabajar en la oficina de un amigo de su padre. […] Poco después, la hija de Roberto obtuvo un título de grado en… […] etc.»

Ahora, imaginemos cómo sería el texto anterior si en lugar de «la muchacha», «la hija de Roberto», o tantos otros elementos correferentes podamos utilizar a lo largo del mismo, empleáramos siempre «Juana», «Juana», «Juana». En efecto, el resultado sería una redacción mucho más pobre.