Gramaticalización
Para la lingüística, gramaticalización significa el proceso por el cual ciertas palabras, que representaban objetos y acciones (como, por ejemplo, los sustantivos y los verbos), se transforman a través de un cambio de su sonido o de una migración lingüística para convertirse en elementos gramaticales (como sufijos, preposiciones, partículas para componer formas compuestas, etc.).
La gramaticalización es una herramienta poderosa del lenguaje, ya que se encarga de crear nuevas palabras funcionales. Para hacerlo, separa las funciones de sus contenidos léxicos originales, convirtiendo a las palabras que pertenecían a una categoría léxico en palabras que pertenecen a una categoría funcional. Ello ha convertido a este fenómeno en uno de los más estudiados por los expertos en los cambios del lenguaje.
Para lograr un entendimiento verdadero de lo que es la gramaticalización, se debe tener clara la distinción entre elementos léxicos, o palabras con contenido, palabras que transmiten un particular significado léxico; y elementos gramaticales, o palabras funcionales, palabras que no transmiten significado léxico o que transmiten un significado léxico muy débil, y que sirven para expresar relaciones gramaticales entre palabras particulares dentro de un enunciado. Teniendo esto claro, podemos definir la gramaticalización como «el cambio por el cual un elemento o construcción léxica pasa, en ciertos contextos lingüísticos, a desempeñar funciones gramaticales, y, una vez gramaticalizado, continúa desarrollando nuevas funciones gramaticales». O, dicho simplemente, la gramaticalización es el proceso por el cual una palabra con funciones léxicas pierda todo o parte de ese significado léxico y empieza a desempeñar una función gramatical. Es decir, que sustantivos y verbos que una vez transmitieron contenido léxico, desarrollan con el tiempo funciones del tipo de auxiliares, flexivos, conectores, etc. y, poco a poco, acaban por perder todo su significado léxico original.
Existen numerosos ejemplos en casi todas las lenguas. Vamos a referirnos a algunos que podemos encontrar en el inglés y en el español.
En inglés, por ejemplo, un ejemplo muy conocido de gramaticalización es aquel que ocurre con la expresión «let us go», que significaba, originalmente, «déjanos ir», o «permítenos ir». Eso significado original se fue perdiendo al ir convirtiéndose la expresión en un simple «let’s». Así, cuando hoy decimos «let’s go», se ha perdido el significado original de «permiso», y simplemente estamos diciendo «vámonos».
Otro ejemplo, también del inglés, ocurre con la palabra «will», que significaba -y significa» voluntad, de forma que cuando decimos «my will is» queremos decir «mi voluntad es». Pero, cuando esta palabra aparece en contextos tales como «we will all be there» no expresa ya voluntad, sino que es, simplemente, el futuro de ser/estar, y sólo decimos «estaremos todos allí».
En español ocurre con el verbo haber cuando lo utilizamos como auxiliar para formas compuestas. Así, cuando decimos «he ido» o «ha estado», el verbo haber carece de significado léxico alguno.