Lexicón
Con lexicón podemos referirnos a varias ideas diferentes:
- por un lado, al conjunto de palabras y de lexemas propios de una lengua,
- por otro, al libro que los recoge, enumera y define (el diccionario léxico),
- de manera más específica, al conjunto de palabras y lexemas que conoce un hablante «genérico».
El lexicón es en el fondo un tipo de diccionario que define no ya el contenido semántico de las palabras sino su variabilidad léxica. Un diccionario de este tipo trata de establecer el conjunto de reglas por el cual se construyen y modifican las palabras, así como los procedimientos por los cuales se generan y derivan las diferentes familias léxicas. Así, toda irregularidad morfológica o información pragmática relativa a la flexión o a la derivación formará parte nuclear de cualquier lexicón.
Además, el lexicón es una herramienta esencial para el estudio de la lingüística y la filología. Los lingüistas utilizan el lexicón para analizar cómo las palabras y las frases se combinan para formar oraciones y textos. Los filólogos, por otro lado, utilizan el lexicón para rastrear el origen y la evolución de las palabras a lo largo del tiempo y a través de diferentes culturas y sociedades.
De entre los muchos tipos de palabras con que cuenta una lengua, al lexicón le interesa una única distinción: la que margina las categorías léxicas –o abiertas– de las categorías funcionales –o cerradas–. Esto es así porque dicha distinción es la que marca las posibles construcciones adicionales en torno a una palabra: un sustantivo, un adjetivo o un verbo son categorías léxicas o abiertas porque tienen significados referenciales que utilizan los hablantes para designar procesos, acciones o entidades, de manera que su número es por naturaleza ilimitado y está sujeto a constantes cambios. Por el contrario, una preposición, un artículo o una conjunción carecen de ese carácter referencial y sólo tienen significados gramaticales; su número y su uso cambian muy lentamente y de forma casi imperceptible para la comunidad de los hablantes.
A cada palabra –o «entrada» del lexicón– le corresponde una definición en tres niveles generales:
- Rasgos formales: información sobre el tipo de palabra, su contexto sintáctico y su flexión.
- Rasgos semánticos: información sobre la estructura argumental requerida por la unidad léxica (¿requiere tema? ¿agente? si es verbo, ¿es transitivo?, etcétera).
- Rasgos fonológicos: información requerida para la asignación de una representación fonética a la unidad.
Los lexicones se diferencian de los diccionarios tradicionales también en el conjunto de las palabras que listan. Si en un diccionario común encontramos cada palabra listada en su forma infinitiva (para los verbos) singular y masculina (para los sustantivos), etcétera; en el lexicón encontramos también todas sus posibles derivaciones, o, al menos, cuando éstas son demasiadas, una explicación minuciosa de sus reglas de ampliación y derivación.
El uso de los lexicones está muy asociado a los programas informáticos de traducción automática, que requieren un conocimiento profundo no sólo de las variaciones y equivalencias léxicas sino también de las reglas de formación de palabras y de la flexión de las mismas.
Además, los lexicones son fundamentales en el campo de la enseñanza de idiomas. Los profesores de idiomas utilizan el lexicón para enseñar a sus estudiantes cómo se utilizan las palabras en diferentes contextos y cómo cambian su significado dependiendo de su uso. Los estudiantes, a su vez, utilizan el lexicón para ampliar su vocabulario y mejorar su comprensión del idioma que están aprendiendo.
En el campo de la psicolingüística, el lexicón es una herramienta esencial para entender cómo procesamos y comprendemos el lenguaje. Los psicolingüistas estudian cómo las personas acceden a las palabras en su lexicón mental cuando hablan o escuchan, y cómo este proceso puede verse afectado por factores como la edad, el género, el nivel de educación y el bilingüismo.
En resumen, el lexicón es una herramienta esencial en una variedad de campos, desde la lingüística y la filología hasta la enseñanza de idiomas y la psicolingüística. Su estudio y comprensión nos permite entender mejor cómo se forman, se usan y se cambian las palabras en las lenguas del mundo.