Pronombres adjetivos
Conforme hemos ido estudiando los pronombres, aquí en La Guía de Lengua, hemos ido avanzando una definición que difiere bastante (al menos superficialmente) con la que habitualmente habíamos conocido. Así, hemos dicho que los pronombres son las palabras que actúan como núcleo sintagmático de un sintagma determinante, y no simplemente «las palabras que sustituyen al nombre», como tradicionalmente habíamos creído. Esta última definición, de hecho, está ya desterrada del ámbito académico, y los lingüistas se esfuerzan ahora porque la nueva definición sea conocida y estudiada en las escuelas.
Lo que implica la definición anterior es un cambio de paradigma a la hora de pensar en los pronombres. Si bien antes imaginábamos que que «sustituían» a los nombres, ahora hemos de pensar en que «hacen referencia» y «toman prestadas» características de otros elementos gramaticales. Su función deíctica sigue siendo lo que los diferencia de otros tipos de palabras. . Merced a ella, los pronombres son incapaces de aparecer en la oración a menos que cuenten con un «antecedente», o lo que es lo mismo, con un elemento del cual puedan extraer un contenido semántico que puedan utilizar, ya que ellos carecen de él.
Ese antecedente no siempre aparece de forma explícita en la oración. Cuando lo hace se le llama «antecedente sintáctico» y, cuando no, lo conocemos como «antecedente discursivo».
En cualquier caso, este tipo de categorización gramatical que estamos siguiendo aquí no siempre tan «cerrado», y en ocasiones es bueno conocer sus límites y sus entresijos. De hecho, con los pronombres resulta muy frecuente que estemos continuamente moviéndonos por las fronteras de las categorías, y muchas veces -casi todas- hemos empleado aquí palabras que no sólo resultaban adecuadas a diversos subgrupos de una misma categoría gramatical -ejemplo: los pronombres exclamativos, los interrogativos, los relativos…- sino también a categorías gramaticales totalmente diferentes -ejemplo: los pronombres, los adjetivos, los determinantes.
Por ejemplo, ocurre esto con un gran grupo pronominal que conocemos como los pronombres adjetivos. Si estuviéramos estudiando este asunto desde el punto de vista de los adjetivos, los llamaríamos adjetivos determinativos (sirva esto para hacernos una idea de lo volátiles que son a veces las fronteras gramaticales).
El problema que suscita este asunto está relacionado con esa «transcategorización», con esas fronteras que a veces no parecen en absoluto nítidas.
Estos «pronombres adjetivos» actúan de esta manera como adjetivos que van pospuestos a su antecedente, y no antepuestos. Por ejemplo:
[El tío] este no hace más que molestar
Actúan como pronombres al hacer referencia a un antecedente -sintáctico o discursivo. Y actúan como adjetivos al informarnos de quién/qué/cuál estamos hablando.