Pronombres enclíticos
Como ya sabemos, gracias a la serie de artículos que en La Guía de Lengua le hemos dedicado a este asunto, existen pronombres de muy distintas categorías. Todos ellos se habían definido tradicionalmente como las palabras que sustituyen al nombre en la oración, aunque a lo largo de nuestra serie hemos ido lanzando la idea de que esa definición ha quedado ya ligeramente «anquilosada» en el pasado. De esta forma, hemos pasado a definir a los pronombres utilizando una manera nueva y más acorde con los nuevos tiempos y las nuevas teorías gramaticales. Los pronombres, pues, pasan a ser las palabras que actúan como núcleo sintagmático de un sintagma determinante. No en vano esta es la definición que los lingüistas utilizan hoy en día, la que consideran más apropiada y precisa.
En cualquier caso, los pronombres siguen siendo esas palabras que carecen de contenido semántico, contenido que toman prestado de otros elementos lingüísticos (adverbios, adjetivos, sustantivos…) para utilizarlo temporalmente. De esa forma los pronombres se valen de una propiedad que se llama deíxis, y que significa básicamente eso que acabamos de explicar: los pronombres utilizan el valor semántico de otras palabras a las que hacen referencia, y que pasan entonces a conocerse como su «antecedente».
Este antecedente es, pues, el elemento del que los pronombres toman el valor semántico, y bien pueden aparecer en la oración (entonces se llamará «antecedente sintáctico») como no hacerlo (en cuyo caso lo llamaríamos «antecedente discursivo»).
En cualquier caso, la forma en la que los pronombres se relacionan con sus antecedentes, o la manera en la que se manifiestan en la oración, así como las funciones que realizan, puede variar enormemente. Hoy vamos a dar cuenta de unos pronombres muy particulares tanto en su forma como en su fondo: se trata de los pronombres enclíticos.
Los pronombres enclíticos dan la sensación en ocasiones de no ser pronombres, pues lo que hacen es adherirse al verbo, al modo de los sufijos, y a veces forman verdaderas nuevas palabras. Conforman la lista de pronombres enclíticos los que se listan a continuación:
me, la, las, le, les, lo, los, nos, se, os, te
Pero los anteriores no funcionan siempre como enclíticos, sino que lo hacen sólo cuando van adheridos a otra palabra. Por ejemplo, si dijéramos «Juan se cayó y se rompió la pierna», estaríamos haciendo uso de un par de pronombres reflexivos. En cambio, si dijésemos «Juan, al caerse y romperse la pierna, nos dio un susto de muerte», entonces acabaríamos de usar un par de pronombres enclíticos.