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El cuento de Perico, el conejo travieso de Beatrix Potter

Publicado por A. Cerra

Beatrix Potter (1866 – 1943) es una de las autoras de literatura infantil más leídas durante todo el siglo XX. Y lo es desde la publicación de su primera obra en 1902 que no es otra que este Cuento de Perico, el conejo travieso, que para quien se lo quiera leer en la versión original en inglés se titula The Tale of Peter Rabitt.

El cuento nos narra la aventura de un pequeño conejo, Perico, que es el más movido e inquieto de toda su camada, ya que mientras sus tres hermanas obedecen sin rechistar a su madre, Perico hace todo lo contrario. Este personaje se convirtió en un ícono de la literatura infantil, siendo reconocido en todo el mundo por su personalidad traviesa y aventurera.

Por ejemplo le prohíbe terminantemente que salga de la madriguera, pues, ¿qué hace Perico? Obvio, sale de ahí y se va hasta un huerto el del señor Mac Gregor. Allí encuentra un pequeño paraíso en el que no le falta comida en forma de lechugas y zanahorias. Sin embargo, no todo es diversión, también hay peligros y pronto los va a descubrir. Esta historia, llena de emociones y enseñanzas, ha sido traducida a más de 35 idiomas y ha vendido más de 45 millones de copias en todo el mundo, demostrando su gran impacto en la literatura infantil.

Pero eso no os lo vamos a desvelar aquí, es mejor leer el cuento, y más aún si se lee a un menor que va a quedar encantado con el ritmo de la narración. A lo largo de la historia, los niños pueden aprender sobre la importancia de la obediencia y las consecuencias de las acciones, todo presentado de una manera lúdica y entretenida.

No es extraño que Beatrix Potter triunfara con esta primera publicación. Pero no solo es la autora del relato, también de las ilustraciones que lo acompañan, y durante toda su carrera mantuvo es dualidad de escritora e ilustradora. Al igual mantuvo la temática de sus cuentos protagonizados por animales y en general ambientados en granjas. De hecho, años más tarde, adquirió su propia granja en tierras escocesas, y ese fue el lugar que le inspiró sus fábulas.

No obstante no escribiría allí todo lo que deseaba, ya que en 1920 dejó de hacerlo a causa de problemas de visión. Pero hasta entonces había escrito 23 cuentos y todos ellos seguían un esquema similar al primero de Perico el conejo. Cada uno de estos cuentos tiene su propio encanto, pero todos comparten la misma esencia de amor por la naturaleza y los animales, y la enseñanza de importantes lecciones de vida a los niños.

Se trataba de una publicación de pequeño tamaño, fáciles de manejar. Y dentro había poco texto y una ilustración en cada página. Un formato que no le fue fácil editar. De hecho, la obra la hizo diez años antes de que viera la luz, e incluso tuvo que pagar su publicación. Pero ante el éxito, encontró una editorial con la que seguiría trabajando siempre.

La verdad solo con este detalle se puede decir que fue una adelantada a su tiempo. Pero no fue el único elemento de merchandising que creó. También patentó el muñeco de sus personajes. Y sobre todo fue una apasionada de la naturaleza, que estudió con detenimiento, primero para escribir y dibujar, y luego por un interés científico y también conservacionista. Porque también en eso fue una avanzada, en su actitud de respeto al medio ambiente, algo que se traduce en sus obras. Motivo por el cual siempre es interesante que sean leídas por los más pequeños, que además con personajes como Perico el Conejo se lo pasan estupendamente. Su legado sigue vivo hoy en día, con nuevas generaciones descubriendo y disfrutando de sus cuentos, y aprendiendo valiosas lecciones a través de sus personajes.