La sal de la vida de Anna Gavalda
Y todo ello lo ha conseguido con relatos apegados a la realidad, con personajes de carne y hueso de los que nos suele mostrar sus lados más íntimos, sus dudas, problemas, anhelos y esperanzas. Ese es el caso de este relato de La sal de la vida.
Un libro de relativamente pocas páginas, apenas supera las 100 (lo cual siempre es de agradecer dada la tendencia actual a publicar relatos de centenares y centenares de hojas). Pero aquí no hacen faltan más páginas para contarnos la vida de cuatro hermanos, que llegados ya a la edad adulta, tiene la ocasión de por un momento retornar juntos a su infancia.
Esa oportunidad se la brinda la asistencia a una boda familiar. Es entonces cuando ellos huyen de la ceremonia y se escapan a lugares donde pasaron la niñez. En esos espacios conocidos es donde recuerdan los viejos tiempos y también se sinceran confesando su presente, en el que no todo son juegos, sino que hay problemas, separaciones, hijos, trabajo, etc…, o sea una cotidianeidad que por momentos les puede ahogar.
Sin embargo esa escapada juntos les salva por momentos de ello y les hace ver que es posible cambiar el rumbo de sus vidas. Y sobre todo se hacen conscientes de que no deben perder la relación fraternal que el paso de los años ha deteriorado.
En definitiva, una novela pero capaz de inspirar libertad y esperanza al lector, ya que cualquiera puede encontrar sus equivalentes en los personajes del libro. Y todo ello repetimos en poco más de un centenar de páginas que se leen casi sin levantarse del sofá una aburrida tarde de domingo.