Los versos satánicos de Salman Rushdie
Los versos satánicos es la obra más conocida y famosa del escritor británico Salman Rushdie. Fue su cuarta novela y la publicó en el año 1988. Y aunque para muchos críticos no es su gran obra, está claro que fue la que lo convirtió en un autor tremendamente popular, ya que su publicación le supuso de forma inmediata la condena a muerte por parte de los más fanáticos islamistas.
El título de la obra se basa en dos versos que los musulmanes llaman “la historia de las grullas”. En principio, hay que suponer que fueron unos versos que pronunció el propio Mahoma mientras recitaba el Corán. Sin embargo, de forma inmediata se arrepentiría de haberlos dicho. Y es que con esos versos no solo se hubieran admitido la existencia de otras divinidades en el gran libro del Islam, sino que además de hubieran aprobado.
Ese es el punto de partida para la obra de Rushdie, quien con esa base va a poner en tela de juicio un asunto de fe como es la revelación divina. Para ello se sirve de dos protagonistas que son actores indios que han emigrado a Inglaterra.
Pero más que el argumento, en realidad lo que convirtió a la obra en todo un fenómeno literario, social y hasta político, fue que muchos (o algunos) musulmanes se sintieron ofendidos por lo que allí se contaba, ya que se dedujo y se simplificó hasta el extremo de que Salman Rushdie decía que el Corán era un libro satánico.
Hubo poderosos personajes como el ayatolá Jomeini que desde Irán incitó a que los musulmanes no solo a que mataran al autor del libro, sino a todos aquellos implicados en su publicación. Y la verdad es que hubo algún traductor que fue asesinado y diferentes incidentes. Además de que la vida de Salman Rushdie cambió por completo al convertirse en un deseado blanco de los más radicales.
Y todo ello por una novela que fusiona que como dice el propio autor fusiona lo improbable y lo mundano. Dos mundos que se mezclan y friccionan entre sí. Un estilo que es la versión anglosajona del realismo mágico del colombiano Gabriel García Márquez, uno de los referentes en la literatura de Rushdie.
En fin, un autor que realmente merece la pena ser leído, y no solo por la polémica y la polvareda mediática que levantó al intransigencia religiosa, sino sobre todo por la calidad de sus libros, que merecen una lectura detenida. Y donde no hay que tomarse las cosas en un sentido demasiado literal.