Noches lúgubres de José Cadalso
El libro de Noches lúgubres en la gran obra del escritor y militar José Cadalso. Y sin embargo, fue un libro que nunca llegó a publicar en vida. Y fue siete años tras su muerte en 1782 cuando por vio la luz siendo editado en cuatro partes por el periódico el Correo de Madrid.
El caso es que para muchos es la primera novela romántica de Europa y también el primer poema escrito en prosa y dialogado en español. Y todo ello basado en la propia vida del autor.
El relato nos cuenta unas noches en las que el protagonista Tediato acude al cementerio a llorar la muerte de su amada Filis. E incluso con el sepulturero Lorenzo acaba por abrir la tumba para abrazar los huesos de la mujer muerta.
Unos hechos que siempre se ha pensado que bien pudieron ocurrir en realidad, ya que la historia de Cadalso es muy similar a la de Tediato. El escritor se enamoró perdidamente de la actriz de la época María Ignacia Ibáñez, y ambos vivieron unos meses de pasión. Pero ella cayó enferma y acabó muriendo. Un hecho que le hundió en una profunda depresión al autor.
Además se había quedado por completo en la ruina entre unas cosas y otras. Así que se dice que todos los días iba a la tumba de la actriz, y una noche realmente fue a desenterrarla. Desde luego no está comprobado que así fuera, pero los rumores existieron, y él nunca los desmintió. Y hasta se supone que, como militar que era, se le trasladó de destino tras aquellos acontecimientos, y para que no se repitieran.
Lo que sí que es cierto es que él nunca se recuperó de su muerte, y aunque las Noches lúgubres las escribió poco después del fallecimiento de su querida en 1771, nunca se decidió a publicar la obra, y como ya hemos dicho vio la luz varios años después.
En definitiva, una obra muy de su tiempo, del Romanticismo, ya que José Cadalso es un autor romántico de manual. Un personaje que escribió y que guerreó (murió en una batalla, en una acción que muchos consideraron suicida durante un asedio). Un personaje que se alistó porque creía en las armas y en servir a su pueblo. Algo que pensaba que también lo hacía con su escritura en forma de poemas y obras de teatro. Pero el teatro le llevó a conocer a María Ignacia Ibáñez y enamorarse ambos. Un encuentro que le dio la felicidad por un tiempo, pero que le provocó también una depresión de la que nunca se recuperó. Pero al menos nos dejó una de las más destacadas obras del Romanticismo en España.