Paradiso de José Lezama Lima
José Lezama Lima (1912 – 1977) es uno de los autores literarios con los que más se puede identificar el régimen de Fidel Castro en Cuba. Una situación política que en el mundo de las artes ha contado con muchos adeptos, pero también con otras figuras del propio país que han sido grandes detractores, como es el caso de Guillermo Cabrera Infante. Si bien para hacernos una idea del carácter rebelde y crítico de este último escritor hay que decir que también se declaró enemigo de Fulgencio Batista.
Pero volvamos a Lezama Lima, un escritor que no solo se declaró a favor de la revolución, sino que participó activamente en ella desempeñando distintos puestos de responsabilidad. Eso sí, jamás abandonó su labor como divulgador cultural de la isla y su constante tarea dedicada a las letras. Una tarea bastante multidisciplinar, ya que entre su producción hay poesía y también ensayo. Si bien es muy posible que hayan sido sus obras de narrativa las más aclamadas con el paso del tiempo.
Y entre ellas hay que citar su gran novela Paradiso, que vio la luz en 1966, y que ciertamente fue la única novela que publicó en vida.
Se trata de una obra de espíritu tremendamente barroco, plagada de complejidades y símbolos, lo cual no deja de ser una fantástica traslación de la personalidad de su autor. En realidad, Lezama está planteando una reflexión sobre el arte, que es al mismo tiempo objeto e instrumento de conocimiento. Es decir, el escritor juega a la vez a cuestiones estéticas y metafísicas. Algo con lo que prosiguió en su siguiente novela, Oppiano Licario, que en realidad no llegó a concluir, pero que se publicó de forma póstuma.
El hecho es que en ambas obras nos presenta a los mismos personajes, sobre todo a su protagonista: José Cemí. En Paradiso nos narra su niñez y también su juventud, y desde luego se pueden rastrear las notas autobiográficas que permiten identificarlo plenamente con José Lezama Lima.
El hecho es que más allá de los episodios que narra, sin duda lo más llamativo y valorable es su increíble dominio del lenguaje. Un estilo dominado por la erudición de primerísimo nivel que le permite ir de lo fantasioso a lo real, y de lo real a lo mitológico. En definitiva, una obra de enorme calidad que ciertamente es fruto de los muchos años de trabajo que invirtió en ella. Por esa razón no hay que extrañarse si grandes autores contemporáneos, como el argentino Julio Cortázar o el peruano Mario Vargas Llosa, la han considerado uno de los más importantes libros de su tiempo.