Aprender idiomas : música
Desde que los idiomas han cobrado un papel relevante en nuestras vidas porque nos resulta indispensable para desarrollar con fluidez actividades de la vida cotidiana tan, a priori sencillas, como comprar por internet, navegar por la red o manejar un menú de un reproductor de DVD, entra otras, todos queremos aprender a escribir, entender y hablar un idioma, sobretodo el inglés, pero más de uno se queda a mitad de camino y no termina lo que con tanta ilusión había empezado.
Pues bien, científicos de todo el mundo han intentado averiguar qué procesos mentales intervienen en el proceso de aprendizaje de un idioma y por lo tanto buscar la fórmula y métodos perfectos para conseguir dicha hazaña. De momento no hay ninguna solución concreta, pero un artículo publicado recientemente en la revista Cognition ha aportado un dato interesante y, desde mi punto de vista, útil y práctico que puede ayudar a que aprender un idioma no sea una tarea tan complicada y difícil de afrontar.
Al parecer, un famoso investigador de Francia llamado Daniel Schön ha conseguido demostrar que si una parcela del idioma como lo es el vocabulario se aprende a través de una canción, el cerebro la memoriza con mucha más facilidad y rapidez que si lo hace de la manera tradicional.
Esta conclusión tiene su explicación científica y es que, resulta que cuando un individuo está escuchando una canción, la parte del cerebro que entra en acción y se activa es exactamente la misma que cuando estamos intentando aprender un idioma, de ahí que esa relación no sea arbitraria.
Este científico realizó un experimento entre 26 sujetos y los resultados fueron fulminantes. En un primer momento se les enseñó a estos individuos un total de seis palabras inventadas pero raras de memorizar. Fueron las siguientes: Gimysy, Mimosi, Pogysi, Pymiso, Sipygy y Sysipi. Pues bien, el método de aprendizaje en esta ocasión consistía simplemente en escuchar esas palabras continuamente y sin interrupción durante siete minutos. Al terminar la grabación, los sujetos no recordaron correctamente ninguno de los vocablos.
La segunda parte del experimento consistió en enseñar estas mismas seis palabras a otros 26 sujetos con las mismas características fisiológicas, pero en esta ocasión utilizando otro método para aprenderlas, una melodía de siete minutos que convertía a esa simple lista en una canción. Los resultados finales de esta parte del experimento concluyeron con más del 60% de aciertos frente al 0% de aciertos del método de aprendizaje de la primera parte del experimento.
Después de todo este generoso estudio, no dudes en volver a coger tus libros de inglés y desarrollar toda la creatividad que llevas dentro para adaptar melodías a las listas de vocabulario que quieras aprender, tú no tienes que hacer ningún esfuerzo, tu cerebro sabrá perfectamente lo que hay que hacer.