1984, George Orwell
En el artículo de hoy vamos a centrarnos en contarte el argumento de una de las obras más destacables del autor inglés George Orwell del que ya hablamos en un artículo anterior. Si quieres consultar su biografía puedes acceder a ella pulsando el siguiente enlace:
Orwell, enemigo declarado del totalitarismo imaginó con esta obra cómo sería la Inglaterra después de unos años (cambió la cifra en la que escribió para obtener esta fecha: 1948 por 1984) si el régimen totalitarista accediera al poder.
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La historia de esta obra se localiza en una Inglaterra desolada por la pobreza, el hambre y la falta de libertad. En esta Inglaterra, situada en el año 1984, la gente del país no tenía derechos, ni libertad de expresión y eran continuamente vigilados por el llamado Gran Hermano, que era una pirámide que estaba situada en una cima que los estaba vigilando continuamente con las cámaras y micrófonos que estaban situados en las calles y en los televisores de cada hogar, razón por la cual estaba terminantemente prohibido apagarlas.
El Gran hermano tenía una reglas que todo habitante debía cumplir como: no tener citas, ni amigos, ni reuniones, ni sexo, ni conversaciones… absolutamente nada que tuviera que ver con las relaciones sociales, de hecho, si incumplías algunas de ellas, el Gran hermano te enviaba a realizar trabajos forzados en el campo. Toda esta energía emocional debía ser utilizados para otras tareas como ver toda la programación política que los obligaban a ver para odiar al partido contrario liderado por Emmanuel Goldstein.
El protagonista es Winston Smith y escribe en su diario lo mal que se siente en esa sociedad e intenta imaginar cómo sería si no existiera el Gran hermano. Hay dos personas que llaman su atención aunque no los conoce por las leyes del país, se trata de una chica que le gusta aunque le asusta al mismo tiempo llamada Julia y un político superior en su cargo a él llamado O»Brian.
De repente un día todo cambia, pues Julia tropieza con Winston y en ese momento ella le da un papel de manera furtiva en el que se leía «Te quiero». En ese momento, Winston no podía parar de pensar en qué iba a hacer, pues él sentía exactamente lo mismo, pero las cámaras y los micrófonos hacían imposible articular palabra alguna.
Al final ambos consiguieron escapar del país y pudieron dar rienda suelta a su amor, aunque siempre con el miedo a que pudieran ser capturados. Sin embargo, la rebeldía de Winston no cesó aquí y sentía que debía hacer algo evitar las injusticias por las que les estaba haciendo pasar a los habitantes de Inglaterra, así que lo intentó aliándose con O»Brian, pero en realidad éste los vendió al Gran Hermano, quien los torturó hasta tal punto que ni uno ni otro se volvieron a amar, ni a sentir deseos de rebelarse. El único sentimiento que tenían era el de la felicidad viendo las noticias del Gran Hermano.