Bjørnstjerne Bjørnson
De hecho, Bjørnstjerne Bjørnson y Henrik Ibsen convivieron de jóvenes en la Universidad de Cristanía. Pero luego los caminos que tomaron ambos fueron diferentes.
Bjørnson optó al principio sobre todo por el periodismo y se convirtió en un intelectual muy influyente en el país, si bien sus alegatos pangermánicos le han hecho perder popularidad, y ya en vida tuvo que acabar exiliado en Alemania, en Suiza y en Italia. Países en los que alcanzó el éxito y renombre, y de hecho en 1903 se le otorgó el Premio Nobel de Literatura.
Sus inicios como escritor se centraron en relatos costumbristas, en los que se mezclaban las ideas románticas, con lo rural y la inspiración en la Edad Media. Sin embargo, con el paso del tiempo sus cuentos tienden cada vez más hacia la realidad. No obstante, hay que decir que su carrera como escritor de cuentos y narrativa no es lo más admirado de toda su producción. En realidad, lo más apreciado de la literatura de Bjørnson son sus obras de teatro.
Unas obras dramáticas completamente apegadas a su tiempo y a la realidad. Y es que en ellas trata los temas más candentes del momento, como podían ser las ideas feministas o el enfrentamiento al capitalismo. Así como también plantea los dilemas más habituales en las últimas décadas del siglo XIX, como es el continuo enfrentamiento entre ciencia y religión, una temática que inspira la que se considera su mejor obra: Más allá de las fuerzas humanas.
Una obra de la que hizo dos versiones, la primera en 1883 y la última en 1885, siendo esta segunda de corte más metafísico, y menos social.
En realidad el conjunto de la producción literaria de Bjørnson nos da idea de un personaje muy curioso ideológicamente. Más allá de su pangermanismo, también integra ideas del Socialismo, y por momentos hasta tiene planteamientos anarquistas. Tiene su tono profético y visionario, propio de los presupuestos revolucionarios, si bien es cierto que leído en este momento nos puede parecer hasta ingenuo. Tal vez por eso su popularidad ha ideo cayendo con el paso del tiempo, además de que muchas de sus obras podemos calificarlas de demasiado noruegas y poco universales para atrapar a los lectores de cualquier lugar.