Casa de muñecas
En el artículo de hoy nos centraremos en contarte el argumento de las mejores obras de la literatura universal. Se trata de «Casa de muñecas», un drama escrito por el autor del que nos ocupamos en el artículo de ayer, Henrik Ibsen, en el año 1879. Si no pudiste leerlo no te preocupes pues puedes acceder a él presionando el enlace directo que te proporcionamos a continuación.
Pues bien, la obra «Casa de muñecas» supuso toda una revolución y, a la vez, un escándalo para la sociedad noruega ya que en la época en la que se escribió ésta era radicalmente machista. Sin embargo, Henrik Ibsen, contrario totalmente a esta idea, convirtió a la mujer protagonista de su obra, Nora, en un ejemplo de libertad y modernidad a seguir para el público femenino.
Nora es una mujer casada con Torvaldo Helmer, con el que tiene tres hijos. La personalidad de Nora pasa por dos partes claramente definidas durante la obra que son totalmente opuestas.
Durante la primera parte de la obra, Nora es inocente, para enamorada, juguetona, feliz, divertida, despreocupada y juega con sus hijos sin preocuparse de su educación, de la cual se encarga la niñera llamada Ana María.
Sin embargo, después de una conversación que tiene con su amiga Cristina, de la que luego hablaremos más detenidamente, la personalidad de Nora da un giro de 180 grados pues se muestra muy seria, preocupada, triste y asustada. Y es que resulta que Nora había conseguido de manera fraudulenta un certificado para poder viajar a Italia y poder conseguir salvar la vida de su marido, que tenía problemas graves de salud. Durante todo ese tiempo, Nora había guardado el secreto a todo el mundo, incluso a él, pero hay un hombre que se había enterado del fraude de ésta llamado Krogstad, que no paraba de amenazarla con contarlo. Además de esto, Nora confiesa a Cristina que no es una mujer feliz pues se comporta como a su marido le gusta, como una tonta, tan sólo para complacerle.
Al cabo de un tiempo, el marido de Nora se entera de todo y no duda en insultarla, avergonzarla y despreciarla. A partir de este momento Nora toma una importante decisión impropia de las mujeres de su época, ya que decide marcharse y abandonarlo a él y a sus hijos pues consideraba que antes de poder educarlos debía educarse a sí misma, cosa de la que nunca se pudo ocupar pues estaba pendiente de complacer los deseos de su marido.
El nombre de la obra viene relacionado por el papel que hasta el final de la obra Nora tiene en su hogar, el de una muñeca, dependiente de su marido y sin poder para tomar sus propias decisiones.
Con esta obra Henrik Ibsen quiso defender la postura de que las mujeres pueden ser iguales que los hombres pero para ello tienes que ser fuerte, decidida y estar segura de lo que quieres hacer. Es por esto, que esta obra marcó un hito en la literatura universal y en el rol de la mujer en la sociedad.