Canción de navidad
Ya que estamos en pleno apogeo de fiestas navideñas, en nuestro nuevo artículo de hoy, comentaremos una de los relatos navideños más importantes de la literatura universal, “Canción de navidad”, uno de los relatos más importantes y reconocidos del escritor británico Charles Dickens.
Esta novela, ambientada en la época victoriana, narra la historia vivida por Ebenezer Scrooge, un anciano rico y egoísta, que odia la navidad y todo lo relacionado con ella. A Scrooge solo le importa seguir aumentando su gran fortuna a costa de los demás, llegando incluso a criticar a pobres mendigos que llamaban a su puerta en busca de alguna limosna.
Tal huraño comportamiento le hace incluso rechazar la invitación de su único sobrino para cenar junto a él y el resto de su familia en nochebuena.
Esa misma noche, Scrooge fue visitado y sorprendido por un fantasma llamado Marley, el cual debía soportar una larga y pesada cadena que representaba todos los feos actos avaros y egoístas realizados durante toda su vida mortal.
El fantasma advierte a Scrooge que si sigue por el mismo camino, él también deberá soportar una pesada cadena como la suya, que debe empezar a cambiar para mejor, y que para hacerle entrar en razón, será visitado por tres fantasmas más, que harán, en caso contrario, que corra el mismo destino que él.
El primero de esos fantasmas en aparecer es “el fantasma de las navidades pasadas”, el cual lleva a Scrooge a visitar y recorrer a modo de película, su infancia y juventud. Scrooge vuelve a revivir su solitaria infancia, la triste muerte de su hermana, al señor Fezziwig, un antiguo jefe que le trataba como a un hijo, o a Belle, el gran amor de Scrooge, al cual abandonó por su gran adicción a los negocios y al trabajo, y que llegó a contraer matrimonio con otro hombre consiguiendo junto a este la felicidad.
Luego fue visitado por “el fantasma de las navidades presentes”, que lleva a Scrooge a vivir de primera mano cómo se vive la felicidad de la navidad en diferentes hogares, e incluso le lleva a casa de su sobrino, para que observe como este, le echa de menos en tan importe fecha. La siguiente parada del fantasma es hasta la casa del sirviente de Scrooge, Bob Cratchit, quien vive junto a su esposa y un hijo gravemente enfermo, quienes a pesar de ello y ser muy humildes, celebran las navidades con amor, alegría e ilusión.
Tras abandonar la casa de Bob, Scrooge se siente abatido por la situación del niño, y el fantasma le advierte que si no cambia a mejor la situación de Bob y su familia, el niño morirá en poco tiempo.
Más tarde le visita el tercer y último de los fantasmas, “el Fantasma de las Navidades Futuras”. Un tétrico y fantasmal espíritu que va señalando las escenas a Scrooge. Le muestra las futuras navidades, en las que el hijo de Bob ya ha muerto, y en las que los vecinos del lugar hablan de la muerte de uno de los vecinos, de la que incluso se alegran y que solo irán al funeral si sirven algo de comida.
El fantasma lleva a visitar la tumba de ese hombre, al que han robado todo antes de enterrarle. Scrooge, se queda atónito al observar que ese muerto era él, y desencajado promete al fantasma que hará todo lo posible por cambiar.
Tras esto, Scrooge despierta en su habitación, y desde ese momento comienza a ser más generoso y simpático, compra la cena para Bob y su familia, ayuda al hijo de este a curarse de la enfermedad, acude a la cena con su sobrino, y comienza a ayudar a los más necesitados.