Confesiones de una máscara
En el artículo de hoy nos centraremos en la obra que hizo mundialmente famoso al autor japonés Yukio Mishima, del que dedicamos un artículo en el día de ayer. Si te lo perdiste, no te preocupes, pues puedes acceder a él pulsando el enlace directo que te proporcionamos a continuación:
Esta obra es «Confesiones de una máscara», y su título es bastante intuitivo ya que, en rasgos generales, esta novela autobiográfica narra la historia de un joven que se ve obligado a hacer una importante confesión vital para él.
El principio de «Confesiones de una máscara» sitúa a un niño con una personalidad introvertida en su casa familiar. Este chico se veía obligado a convivir con su abuela continuamente, y es que ésta tenía una fuerte personalidad autoritaria y el niño, cuyo nombre era Kochan, no tenía más remedio que acatar sus órdenes y acompañarla en todo lo que ella le exigiese. Incluso compartían dormitorio, con las consecuencias de olor, ruidos e incomodidades que esto conllevaba.
Pues bien, desde pequeño, Kochan sentía una extraña atracción por todo lo que estuviera relacionado con el mundo masculino y como su personalidad era muy retraída, cuando sentía que algo le estaba interesando demasiado, él mismo no se permitía avanzar en su interés, pues en el fondo sabía que era un interés fuera de lo normal, y decidía huir y no volver a oír hablar de ello.
Kochan era un niño incomprendido en el colegio y por los niños de su edad, y es que tenía un carácter bastante extraño, muy diferente del resto y su apariencia física era débil y enfermiza.
Cuando el chico llegó a la adolescencia, apareció su deseo por la sexualidad y al no poder experimentar con alguien de su mismo sexo, que era lo que realmente a él le gustaba pero consideraba prohibido por la época y por su país, se masturbaba contemplando imágenes homosexuales y sádicas, como la del cuadro de Guido Reni titulado «Martirio de San Sebastián». La personalidad tan extraña que antes comentábamos, se reforzó a esta edad ya que sentía atracción por la sangre y la muerte, incluso solía fantasear con ser un héroe a punto de morir sufriendo y ensangrentado.
La historia continúa contando en primera persona cómo iba experimentando todas esas nuevas sensaciones a lo largo del tiempo. Cuando llega a la universidad, coincide el inicio de la Segunda Guerra Mundial, pero gracias a su aspecto físico enfermizo consigue no tener ir. En ese momento sus amigos no paraban de hablar de mujeres y él intentó sentir lo mismo y creyó estar enamorado de una chica llamada Sonoko. Sin embargo, aunque la besó, nunca llegó a sentir deseo sexual hacia ella.
Cumplidos los veinte años, seguía virgen y llegó a experimentar con prostitutas, lo que le hizo sentir aún más decepcionado.
La conclusión de esta obra engloba la idea de cómo una persona puede engañar a la sociedad y a sí mismo, por seguir las convicciones sociales.