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«Coplas a la muerte de su padre», de Jorge Manrique (II)

Publicado por Aroa Plaza

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Ayer empezamos a hablar de esta conocida obra, hoy continuamos explorando un poco más el modo de escribir de su magnífico autor fijando nuestra atención en la originalidad se su obra y las técnica y el estilo del autor.

Al leer “Coplas a la muerte de su padre” hay que tener en cuenta tanto la tradición literaria que se refleja en las formas y temas que aparecen, como la contribución personal del autor que dota a la obra de una gran originalidad.

Como ya dijimos en el artículo anterior esta obra es una elegía a la muerte de su padre, para encontrar un precedente de este tipo de composición nos trasladamos a la obra del escritor Juan Ruiz cuando hace un planto por la muerte de Trotaconventos. Los temas empleados por Jorge Manrique en sus Coplas respecto a la muerte y la vida son temas muy arraigados ya en la tradición literaria de la Edad Media. Aunque estos planteamientos no eran originales, Manrique supo hacer de su obra un soplo de aire fresco. Veamos como:

A pesar de que la muerte es planteada desde una visión que aparece en otras obras del momento, Manrique se distancia de las composiciones populares que presentan a la muerte como algo macabro y la muestra como una muerta benevolente, cortesana y que muestra respeto ante el fallecido en la conversación que mantiene con él.

Además, Jorge Manrique trata los temas de forma humilde sin alardear de sus conocimientos; así, en los ejemplo emplea personas cercanas en el tiempo huyendo de la ostentación, con lo que consigue hacer su obra más cercana al lector que se acercara a ella en aquella época.

La originalidad de Manrique reside, por tanto, en el tratamiento de los temas y en su expresión de las ideas y los conceptos: muestra lo que es verdad como lago evidente y no señala consecuencias porque entiende que estas se hayan ya implícitas. Este escritor consigue expresar el tema de la muerte de forma universal, llegando al corazón de los hombres de todas las épocas.

En cuanto a la técnica y el estilo, hemos de señalar que las “Coplas a la muerte de su padre” es una composición tremendamente coherente, en la que las distintas partes aparecen perfectamente trabadas y las formas verbales se emplean con gran precisión dependiendo del uso que el autor quiera darles. Las imágenes y las metáforas que se plantean muestran una continuidad como podemos ver, por ejemplo, en la conocida metáfora de la vida como un río que desemboca en el mar que se identifica con la muerte. También observamos el empleo de otras figuras retóricas como el paralelismo o la antítesis para explicar sus ideas. De su estilo se ha dicho que es sobrio, tranquilo, etc. y esto se debe en parte al deseo del autor de producir un ritmo funerario. Manrique se aleja del retorcimiento de las formas y emplea un lenguaje en el que la claridad y la sencillez son la clave para llegar al mayor número de lectores.