Lengua
Inicio Literatura Don Juan Tenorio

Don Juan Tenorio

Publicado por A. Cerra

El don Juan Tenorio escrito por el poeta romántico José Zorrilla en 1844 es una de las obras de teatro más reconocibles, famosas y emblemáticas del teatro español. Y junto a la obra precedente de El burlador de Sevilla escrita durante el periodo barroco por Tirso de Molina, constituyen las dos grandes aportaciones en la lengua española para el mito universal de don Juan.

Es una obra de teatro que se divide en dos partes, cada una con sus respectivos actos. Y ambas partes se desarrollan a lo largo de una noche, pero con una distancia de cinco años entre ambas. Esta estructura lo cierto es que ya rompía con la tradición de una obra de 3 o de 5 actos como eran habitualmente.

Además, las dos partes están bastante diferenciadas. Ya que en la primera se nos presentan las aventuras de carácter más humano, mientras que la segunda parte tiene un carácter mucho más espiritual y religioso.

En la primera parte, Don Juan Tenorio es presentado como un personaje despiadado y sin escrúpulos, dispuesto a todo por ganar una apuesta. Su carácter audaz y su despreocupación por las consecuencias de sus actos lo convierten en un personaje fascinante y a la vez temible. Sin embargo, a pesar de su comportamiento, es imposible no sentir cierta simpatía por él, ya que su valentía y su determinación son encomiables.

Pero, ¿qué nos cuenta el Don Juan Tenorio? Es la historia de un hombre español bravucón y mujeriego que apuesta como don Luis Mejía, a ver quién es capaz de matar a más hombres y enamorar a más mujeres a lo largo de un año. A ambos los conocemos en una taberna de Sevilla cuando están relatando sus conquistas tras ese año. Y gana Don Juan.

Entonces don Luis Mejía le reta a que enamore a una novicia, y Don Juan acepta la apuesta, y no solo eso, sino que añade que también va a seducir a la amada del propio don Luis.

En fin, que nos relata cómo logra tan peculiar proeza, siendo la novicia la famosa doña Inés, hija del comendador. El caso es que tanto ese comendador como don Luis Mejía quieren venganza pero acaban asesinados, por lo que el protagonista tiene que huir de la ciudad, dejando a doña Inés abandonada y completamente rendida a su amor.

Así acaba la primera parte, y don Juan no regresa hasta cinco años después a la ciudad. Cuando todos los personajes ya han desaparecidoa, incluida, doña Inés que murió de amor y de tristeza. Todo eso lo descubre en el cementerio, donde hay estatuas de todos los infortunados. Tras ese triste paseo se va a casa con dos amigos a cenar, y allí se le aparecerá el espíritu del comendador que viene a llevárselo a los infiernos. Si bien, también aparece el espectro de su amada, que le salvará para ascender a los cielos.

En la segunda parte, la obra adquiere un tono más sombrío y melancólico. Don Juan, que antes era un personaje lleno de vida y energía, ahora es un hombre atormentado por sus pecados y por la pérdida de su amada. La aparición del espíritu del comendador y de doña Inés le hacen enfrentarse a la realidad de sus actos y a la posibilidad de un castigo eterno. Sin embargo, la intervención de doña Inés, que sigue amándolo a pesar de todo, le ofrece una oportunidad de redención.

Este rapidísimo resumen sin duda no hace justicia a la obra de teatro, ya que se trata de un texto muy rico. Y también muy propio del Romanticismo. De hecho tiene una lírica propia de aquel movimiento literario y congrega todos los elementos característicos de la época, como la ambientación nocturna, los arrebatos de los sentimientos y un atmósfera trágica que impregna todo, incluido el final de la obra. La obra de Zorrilla, con su mezcla de amor, pasión, muerte y redención, es un ejemplo perfecto de la intensidad emocional y la exploración de los límites humanos que caracterizan al Romanticismo.