Etapas de la Generación del 27 (II)
En el artículo de ayer, hicimos el análisis de las diferentes etapas en las que se desarrolló la literatura española correspondiente a la Generación del 27, ya que esta semana estamos dedicando los artículos a este movimiento literario. Para poder continuar con la lectura del artículo de hoy, sería recomendable que leyeras antes el anterior accediendo a él a través del enlace directo que te proporcionamos a continuación:
Etapas de la Generación del 27 (I)
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Características Generación del 27
Autores de la Generación del 27
Pues bien, como hemos dicho anteriormente, hoy continuaremos con las etapas de la Generación del 27, y siguiendo el punto por donde nos quedamos en el artículo anterior, Rafael Alberti demostró que antes de que se empezara a desarrollar este movimiento literario, él ya comenzó a marcar en su obra «Poeta en nueva York» los caracteres propios de los veintisiete al renegar totalmente de la literatura de naturaleza burguesa que había utilizado hasta esa época cambiando radicalmente a servir sus palabras a la causa revolucionaria.
Este compromiso social, acabará vislumbrándose en el resto de autores de la Generación del 27 y seguirán la línea de deshumanizar sus obras. Un claro ejemplo de ello es la obra de Dámaso Alonso titulada «Hijos de la ira» que data del año 1944 será utilizada para remover las conciencias. Otros ejemplos serían también la obra de Salinas «Todo más claro», del año 1949, «Clamor» de Jorge Guillén (1957 aproximadamente) y la obra de Vicente Aleixandre «Historia del corazón» del 1954, con las que se demuestra claramente que la actitud de mantenerse al margen del mundo de la política y los enfrentamientos desaparece para adoptar otra mucho más comprometida y valiente.
Las consecuencias tan nefastas que trajo la Guerra Civil como la angustia, la miseria o la tristeza marcaron también las plumas de los autores que pertenecieron a la Generación del 27 dando lugar, de esta forma, a unos poemas catalogados de «impuros» como es el caso de las creaciones de Rafael Alberti «Entre el clavel y la espada» (1941), «Ora marítima» (1953) o «Baladas y canciones de Paramá» (1954)
La tercera y última etapa de la Generación del 27, es la más calmada, armónica, en la que sintetizan todo lo que han vivido pero de una manera mucho más sosegada que las anteriores y sin ver de una manera tan «crispada» el mundo que les rodea. Algunas de las composiciones que se crearon en esta etapa hablaban sobre España, sobre la vida de Francisco Franco o sobre la muerte y la resignación de que es inevitable que ésta llegue.
En esta época, además, uno de su autores más representativos, Aleixandre, recibió el Premio Nobel de Literatura en el año 1977.
Algunas obras a destacar de esta tercera etapa serían: «Homenaje» de Guillén (1967), «Hombre y Dios» de Dámaso Alonso (1955) o «Poemas de la consumación» (1968) de Aleixandre.