Eugène Ionesco
Nuestro nuevo artículo de hoy, al igual que el anterior, está dedicado a otro de importante figura de la literatura francesa, el escritor y dramaturgo Eugène Ionesco, uno de los máximos representantes del denominado “Teatro absurdo”.
Eugène Ionesco nació en la ciudad rumana de Slatina, el 26 de Noviembre de 1909. Nacería en el seno de un matrimonio formado por Eugène Ionesco, abogado rumano, y Therese Zicard, de nacionalidad francesa.
Pasaría su infancia en la capital francesa, y a los once años volvería a Rumania tras el divorcio de sus padres. Tras superar los estragos de la Primera Guerra Mundial, nuestro protagonista, tras realizar diferentes trabajos, conseguiría cursar sus estudios de Literatura Francesa en la Universidad de Bucarest.
Tras finalizar sus estudios, Ionesco decidió emprender su carrera literaria, para ello, comenzaría a colaborar en diferentes periódicos de la época, y a trabajar como maestro de francés en un instituto de la capital rumana para poder iniciar su carrera como escritor.
En el año 1936 contraería matrimonio con Rudica Burileanu, y dos años más tarde decidió volver al país galo. Una vez instalado en la capital francesa, Ionesco comenzaría a trabajar como traductor y daría un gran impulso a su carrera literaria.
En el año 1950 se abriría las puertas del éxito con la obra teatral “La cantante calva”, una obra que se ha convertido en una de las obras dramáticas más reconocidas y representadas de Francia, con representaciones ininterrumpidas desde 1957, y que ha sido galardonada con premios como el Molière d’honeur.
Tras esta, escribiría otras exitosas e importantes obras como “La lección”, de 1950, “Las sillas”, de 1952, “Amadeo o cómo salir del paso”, que vería la luz un año más tarde, “El salón del automóvil”, de ese mismo año, “Víctimas del deber”, de 1954, “El nuevo inquilino”, de 1956, o “El rinoceronte”, una obra considerada como una de las más importantes del anteriormente mencionado “teatro absurdo” con la que pondría fin a la década de los años 50.
Las obras de Ionesco se caracterizan por su gran sentido del humor, a la vez que por la ridiculización del ser humano, por el pesimismo generado por pensar que las personas son incapaces de comunicarse unas con las otras. Este pesimismo compone la base del teatro absurdo.
Entre el resto de sus obras teatrales, destacan algunas como “La base”, de 1961, “El peatón del aire”, “El rey se muere”, ambas de 1962, “El cuadro”, de 1963, “La sed y el hambre”, de 1964, o “El hombre de las maletas”, de 1975.
Además, también dedicaría parte de su tiempo a otros géneros literarios, escribiendo obras como la novela “El solitario”, publicada en 1973, relatos infantiles como “Cuentos I”, de 1969, y “Cuentos II”, de 1970, o algún ensayo como “Antídotos”, de 1977.
Entre los múltiples galardones que ha recibido, se encuentra el gran Premio de las letras de Mónaco, y el entrar a formar parte como miembro de la Real Academia Francesa en 1970.
Eugène Ionesco falleció en París, el 28 de Marzo de 1994.