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Literatura francesa

Publicado por Pablo

literatura-francesa.jpgCuando hablamos de «literatura francesa» nos referimos al conjunto de textos con valor literario escritos en francés, y más particularmente por ciudadanos franceses o habitantes del territorio francés antes de su nacimiento como Estado.

El matiz que hemos introducido es de particular importancia al recordar que el idioma francés es utilizado en otros muchos lugares, tales como Canadá, Bélgica, Suiza y gran parte de África. Para referirse al conjunto de textos con valor literario escritos en alguno de esos lugares franco-parlantes, es mejor y más preciso utilizar el término «literatura francófona» (es decir, literatura escrita en francés) y reservar el anterior, «literatura francesa» para aquellos textos que, como decíamos antes, han sido escritos particularmente por franceses.

El origen de la literatura francesa es, a igual que el de la española o la italiana, la Edad Media, cuando poco a poco el latín va derivando en nuevas lenguas romances de raíz común. El primer texto en francés se escribió en el siglo IX, y se llamó «Los juramentos de Estrasburgo», si bien su valor literario es aún discutido. «La Secuencia de Santa Eulalia» reúne en algunos círculos más consenso como el origen primero de la literatura francesa.

Algo más adelante surgió en Francia un género que se acabaría imponiendo en todo el continente y cuyas influencias aún resuenan hoy en día. Hablamos de las novelas de caballería, o roman courtois, que en el caso francés trataron de temas de la Antigüedad o sobre la mitología celta («Tristán e Isolda», «Perceval» o «Los caballeros de la Mesa Redonda»).

Durante el Renacimiento fue la renovación de la poesía, gracias a siete poetas conocidos como Pléyade, lo más remarcable en el haber literario francés, que volvió a marcar la pauta continental con la llegada del barroco. En esta época destacó el teatro, con el renacer de la tragedia clásica por Corneille y Racine, y de la comedia, llevada a su cenit por Molière. Tampoco podemos dejar de señalar la prosa ensayística, que produjo un clásico de incalculable valor en esta época: el Discurso del Método, de Descartes. El siglo XVIII estuvo marcado por la Ilustración. La Enciclopedia es tal vez la obra cumbre de la época, aunque no todo fueron ensayos, como bien ejemplifican las obras de Voltaire y Rousseau.

Ya en el XIX nacieron en Francia algunos de los novelistas más grandes de la historia. En particular, el difícil de etiquetar Balzac, el realista Zola, y el gran renovador de la literatura, Marcel Proust, quien abrió el camino de las vanguardias.