Juan Benet
En este artículo de la sección de literatura del blog de lengua de La Guía 2000 vamos a hablar de uno de los escritores destacados de la nueva narrativa producida en España a partir del año 1940, se trata de Juan Benet. Este narrador nació en el año 1927, lo que lo situaría en la generación conocida como “Generación del medio siglo”, pero en realidad Benet no se adaptó a las tendencias estéticas imperantes en ella. Él se decantó por una literatura que buscaba, en la forma, llevar la experimentación lo más lejos posible. Su obra se ha vinculado a la de autores como Faulkner, Kafka o Marcel Proust.
Se inicia con un libro de relatos en el año 1961 titulado Nunca llegarás a nada y continua ya con una novela extensa en 1968, la llamada Volverás a Región. En ella se cuenta la historia de una mujer que regresa a su lugar de origen, Región, donde tiene un encuentro con un doctor. Ambos personajes, más que dialogar, hacen monólogos en los que relatan las experiencias acaecidas en sus vidas durante la guerra civil o las historias de amor que han vivido, todo ello como fruto del azar. Este argumento sencillo toma una forma compleja y la estructura que toma la novela hace difícil establecer una línea temporal. Se desarrollan dos asuntos de modo paralelo: por un lado, la guerra civil, y, por otro, la historia de un donjuán jugador, que tiene en su poder una moneda mágica que le da la posibilidad de ganar a las cartas al coronel y llevarse su dinero y también a su amante. Aparecen en la obra tres puntos de vista: el del narrador, objetiva e impersonal; el del doctor, que se puede interpretar como la voz del autor; y el de la mujer, que cuenta sus avatares personales.
La misma línea argumental sigue Benet en su siguiente novela, Una meditación, del año 1969. Se trata de una obra esencialmente reflexiva. Por medio de los recuerdos del personaje que cuenta sus experiencias, Benet muestra la sociedad de Región, trasunto de la España del momento. Juan Benet crea, de este modo, un ciclo que gira en torno a Región y donde la destrucción tanto física como moral está siempre presente. Todas las novelas que lo componen tienen un mismo perfil, pero desde las primeras hasta las más cercanas a nuestros días se va produciendo un proceso de esclarecimiento que hace que las últimas novelas resulten más claras, aunque no transparentes. A las dos primeras le siguen: Una tumba, del año 1971; Un viaje de invierno, de 1973; La otra casa de Mazón, también de 1973; En el estado, de 1977; Saúl ante Samuel, de 1980; El aire de un crimen, del mismo año, 1980. Se cierra este ciclo novelesco con el título Herrumbrosas lanzas, de los años 1983 y 1985. La saga poco a poco va dejando ver con más claridad que le componente realista es más fuerte de lo que se aprecia en un principio. La guerra civil, asunto fundamental de los libros, aparece ilustrada con referencias específicas sobre el tiempo y el espacio en que esta se desarrolló.
En su prosa, Juan Benet emplea un estilo en el que variedad léxica y la complicación sintáctica son elementos fundamentales.