Juan Valera
El artículo de hoy está dedicado a la figura de Juan Valera, escritor nacido en tierras andaluzas en el año 1824. Sus primeros años de vida los pasará en la localidad cordobesa de Cabra (España), crece en el campo andaluz que más tarde se verá reflejado en su obra literaria. Cursa estudios de Filosofía y Derecho y se dedica profesionalmente a la carrera de diplomático, lo que le lleva a conocer un gran número de países como Rusia, Brasil, Italia, Portugal, Estados Unidos, etc., convirtiéndose en un hombre culto, viajado, refinado, ingenioso e irónico. En el año 1861 entra a formar parte de la Real Academia Española. Hasta la llegada de su muerte en 1905, Valera pasará los últimos años de su vida aislado pues sufrió una ceguera que lo alejaría de la vida pública.
En la actividad como escritor de este elegante y escéptico hombre podemos señalar dos facetas:
1. La de crítico y ensayista.
Antes de adentrarse en el mundo de la novela, Juan Valera se dedicó a escribir artículos y ensayos sobre temas filosóficos, históricos y políticos; así como, estudios sobre escritores y textos literarios tanto del pasado como de su época. Merecen también especial mención las cartas que se escribía con aquellas personas con las que se relacionaba, pues en ellas encontramos sus experiencias en los distintos países que ha conocido, sus devaneos amorosos y su visión y opinión de las cosas. Todas ellas escritas con una perfecta y cuidada prosa.
2. La de novelista.
Valera se dedicó a la novela de forma tardía, no se encontraba a gusto con las formas románticas ni con el Realismo y el Naturalismo, movimientos que triunfaban en su época. Este autor se declara esteticista y con ello quiere señalar que según su visión el escritor no tiene como misión retratar la realidad ni encargarse de transmitir, defender o atacar ideologías; sino crear obras auténticamente bellas y llenas de inteligencia, evitando a toda costa lo desagradable, con el fin de deleitar al lector. A pesar de esto, en sus novelas podemos observar ambientes concretos y personajes creíbles que presenta una psicología minuciosamente elaborada, que de alguna manera aportan realismo a la obra.
La obra más conocida de este autor es la primera novela que escribió, estamos hablando sin duda de Pepita Jiménez, novela del año 1847. Con una estructura predominantemente epistolar, el autor nos cuenta cómo se desarrolla la historia en la que Pepita Jiménez, mujer viuda y hermosa, seduce al seminarista Luis Vargas. Valera se centra en la psicología de los personajes y no ofrece un esmerado análisis del interior de cada uno de los protagonistas.
Además de Pepita Jiménez, este autor escribió otras novelas como Juanita la Larga, de 1895, donde se cuenta las historias de otra mujer, Juanita, en un escenario costumbrista y típicamente andaluz. Otros títulos, quizás menos conocidos, son: El comendador Mendoza, del año 1877, Doña Luz, de 1879, Genio y figura, de 1897, y Morsamor, de 1899. En todas ellas podemos señalar la presencia de dos constantes: el empleo de un lenguaje perfecto y un profundo análisis psicológico, sobre todo, de sus personajes femeninos.