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La Ilustración

Publicado por Lourdes

carlos_3_goyaDurante el periodo de tiempo que comprendió el siglo XVII España se fue distanciando cada vez más del continente europeo.

En el siglo XVIII destacaban dos movimientos: el clásico y el tradicional.

La vertiente clásica tenía a su favor las clases populares y la parte eclesiástica; y la tradicional, por su parte, la clase intelectual de la sociedad, que era bastante reducida, y el apoyo de la política.

Algo que destaca en la España de esta época con respecto al resto de países de Europa es el atraso en todos los campos de la cultura, de lo que eran totalmente conscientes. Sin embargo, no tenían ninguna intención de romper de manera definitiva con sus ideas antiguas, sino que más preferían adaptarse a través de la reformas necesarias de manera gradual al pensamiento europeo. Pero tampoco dando grandes pasos, ya que ni lucharon por la libertad de expresión ni por la crítica religiosa y la razón de esto fue porque había un gran número de eclesiásticos participando en las grandes organizaciones y todavía por esa época, la Inquisición seguía funcionando.

Con respecto a la economía, en este caso, sí que le llamará la atención, sobretodo en lo relativo a la aplicación de las nuevas tecnologías en la agricultura, el comercio y la industria.

En los primeros años del siglo XVIII se luchó por introducir las novedades de la ciencia, la crítica histórica y literaria.

En la mitad del siglo XVIII, dos acontecimientos importantes marcaron el destino de España. Uno fue la aceptación del padre Feijoo con el decreto (1750) y otro, la llegada al reino de Carlos III (1759), quien se encargó de expulsar a los jesuítas (1767) del país. Todo esto dio lugar a que se impusieran tesis nuevas entre los estratos de la sociedad más cultos.

En los últimos años del siglo XVIII, la Reforma llegó a su mayor apogeo junto a varias polémicas como la reforma agraria, la libertad en el trabajo, la lucha enfervecida contra las supersticiones y los privilegios de los que gozaban las clases sociales más altas. Gracias a este momento se produjeron muchos avances, y al mismo tiempo, se convirtió en la ideología clave junto a autores como Aranda, Floridablanca y Jovellanos.

Con respecto a la literatura, apoyó a través de la sátira todos estos avances y utilizará la literatura didáctica para difundirla.

El arte barroco seguirá en la línea de apoyo popular con sus mismas características durante mucho tiempo. Y, por su parte, el costumbrismo llevado por Ramón de la Cruz a través de los sainetes, hará un reflejo de la sociedad más culta de una manera muy lejana a la realidad.

Todos estos revolucionarios avances provocará en la sociedad miedo y, como consecuencia, un retroceso ideológico.

Jovellanos entró en la prisión de Mallorca y preferirá unirse a la Junta central de Cádiz, en lugar de colaborar con el bando francés.

Otros autores de renombre como Leandro Fernández de Moratín, Meléndez Valdés y Goya serán exiliados.