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La Ilustración en Francia

Publicado por Aroa Plaza

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El artículo de hoy trata sobre la Ilustración en Francia, que comprende el periodo que se extiende desde la muerte del rey Luis XIV en el año 1715 hasta el comienzo de la Revolución Francesa en 1789 y, por tanto, nos situamos en el siglo XVIII.

La literatura que se desarrolla durante la Ilustración es una literatura en la que juegan un papel primordial las ideas y que encuentra su base en la corriente filosófica del racionalismo. Así, tanto los mecanismos de observación y la búsqueda de evidencias, como el gusto por los dictámenes de la razón se convierten en aspectos fundamentales para la literatura de este momento. A través de la razón los ilustrados franceses no solo critican aquello que observan, sino que además proponen una renovación de la sociedad basada en el libre pensamiento y los fundamentos de la moral. Algunos de los pensadores importantes del siglo XVIII francés son:

a) Montesquieu.

En su obra El espíritu de las leyes, Montesquieu se muestra partidario de la separación de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial para la consecución de una verdadera democracia que garantice la libertad de los ciudadanos. En Cartas persas, quizá su obra de mayor calado, podemos leer la correspondencia enviada por los dos protagonistas de origen persa que viajan por el continente europeo y relatan a sus amistades lo observado en su periplo. Montesquieu se sirve de estos personajes para realizar una dura crítica a la sociedad de aquella época.

b) Voltaire.

Este autor introduce en la literatura el concepto del “cuento filosófico”, donde los personajes simbolizan diversos aspectos filosóficos. Algunos títulos son: Zadig o el destino, Cándido o el optimismo, Memnon o la sabiduría, etc. Con la finalidad de hacer crítica de la sociedad o formar en un determinado asunto al lector, Voltaire hace vivir a sus personajes una serie de aventuras relacionadas con lo puramente moral que, en ocasiones, pueden resultar bastante increíbles. La obra Cartas filosóficasestá claramente influida por el tiempo que el escritor pasó en Inglaterra durante su juventud; en ella, aparecen numerosas reflexiones acerca de temas tan diversos como la religión, la literatura o la política, que seguirán presentes en toda su obra tratados siempre desde un punto de vista irónico.

c) Russeau.

Defensor de la filosofía y la moral natural condenó duramente las costumbres del momento en contraposición de otros filósofos que defendían el progreso como fuente de felicidad. En su obra Discursos, Russeau alberga la idea de que el hombre es bueno por naturaleza y la sociedad es quien lo corrompe. En el Contrato social, una de sus obras más importantes junto a Emilio, defiende el establecimiento de un pacto entre el hombre como ser individual y el conjunto de la sociedad para obtener un bien común. En Emilio, apoya un tipo de educación natural en contraposición a cualquier tipo de coacción al progreso natural del hombre.

En la Ilustración francesa, a medida que avanza el siglo, también podemos destacar la existencia de un tipo de literatura epistolar, en la que los sentimientos van ganando terreno a la razón. Así, novelas como La nueva Eloísa de Russeau o Las amistades peligrosas de Choderlos de Laclos nos muestran la correspondencia mantenida entre los amantes. Ya en la literatura amorosa de la segunda mitad del siglo, influida por esta novela epistolar, los autores pueden seguir dos caminos: la exaltación del amor dichoso en la naturaleza, como por ejemplo hace el escritor Bernardin de Saint-Pierre, o del placer unido, a veces, a la crueldad como el Marqués de Sade.