La lírica postmoderna en Hispanoamérica
En el artículo de hoy nos encargamos de revisar el Postmodernismo dentro de la literatura hispanoamericana centrándonos en el género lírico. Después de la etapa modernista, no encontramos en la literatura un periodo postmodernista donde podemos observar tres vertientes en la poesía hispanoamericana:
1. Poesía sencilla y humana.
Este tipo de poesía se caracteriza por mostrar un estilo sencillo, la poesía se libra de los artificios del modernismo y se presenta desnuda. Los temas preferidos por los autores que escriben este tipo de poesía son los autóctonos y aquellos que versan sobre la realidad que los rodea, todos ellos tratados desde una perspectiva intimista donde los sentimientos recobran su valor y ocupan un lugar privilegiado en los versos de estos poemas. Las figuras más destacables de esta vertiente poética son tres mujeres: Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y Juana de Ibarbourou.
La chilena Gabriela Mistral, nacida a finales del siglo XIX, recibió el premio Nobel de literatura en los años cuarenta, concretamente en el año 45. En su obra destaca ante todo su libro Desolación, publicado en 1922, aunque cuenta con otras obras como Ternura, de 1924, o Tala, de 1928, donde la escritora, con ese estilo sencillo del que hace gala esta dirección poética, nos trasmite fuertes sentimientos de soledad y tristeza, nos habla de la búsqueda del amor, su inclinación hacia el débil o sus profundas creencias religiosas. Junto a ella, la autora argentina Alfonsina Storni y la Uruguaya Juana de Ibarbourou, regalarán al mundo una poesía llena de pasión, sensualidad, desilusión, etc.
2. Poesía de vanguardia.
Al igual que ocurrió en Europa, los años veinte traen a Hispanoamérica los movimientos vanguardistas. Estos “ismos” (futurismo, creacionismo, surrealismo, etc.) irrumpen la literatura rompiendo con la realidad, oponiéndose a cualquier tipo de forma, buscando lo irracional de la poesía, empleando un leguaje sin coherencia que no sigue la lógica, liberando fantasías, etc.
Así, por ejemplo, encontramos la figura del escritor argentino Jorge Luis Borges que introduce en su país el movimiento vanguardista del ultraísmo que conoció en España de la mano del propio Cansinos-Assens. En su obra podemos ver el reflejo de este “ismo” en el libro Fervor de Buenos Aires, de 1923. Más tarde, Borges se decantará por un tipo de poesía más clásica, sencilla y personal donde se observarán los mismos conceptos y temas que aparecen en su obra narrativa. Esto lo vemos en títulos como El otro, el mismo y Elogio de la sombra, escritos ya en la década de los años sesenta.
El futurismo italiano desembocará en México en la formación de un nuevo movimiento de vanguardia, el estridentismo. Y el surrealismo, igual que en Europa, gozará también de buena salud en Hispanoamérica durante bastantes años.
Pero si hablamos de movimientos de vanguardias en Hispanoamérica hemos de fijar nuestra atención en el “ismo” nacido en el continente americano: el creacionismo. Vicente Huidobro, afamado poeta chileno, fue su creador. Huidobro vivió en Europa, específicamente en París, el esplendor de las vanguardias en Europa y presento en la capital de España los fundamentos de su movimiento, el cual sería acogido con entusiasmo por poetas de la talla de Gerardo Diego, quien se convirtió en su principal representante en España. En el creacionismo la lógica del lenguaje y se persigue crear la realidad, no describirla ni imitarla.
Además de los autores ya nombrados, la poesía hispanoamericana de este momento cuenta con otros grandes nombres como César Vallejo, escritor peruano, o Pablo Neruda, de nacionalidad chilena, que se convierten en los poetas que encabezan la evolución de la poesía americana del siglo XX.
3. La poesía negra.
En la década de los años treinta, en la zona de las Antillas aparecerá un tipo de poesía que surge del folclore del lugar y donde se mezclan elementos españoles con elementos africanos. Así, encontramos temas y melodías procedentes de África combinadas con lo español que crean poemas originales, rítmicos, con abundantes onomatopeyas, aliteraciones, repeticiones, etc.
En este tipo de poesía tres poetas son las figuras más representativas: los cubanos Emilio Ballagas y Nicolás Guillén y el puertorriqueño Luis Palés Matos.